lunes, 5 de septiembre de 2011

Capítulo 8 - Just Try To Deceive Yourself.


(NARRA FRANK)

Me desperté debido al dolor de espalda, mire a mi alrededor y resulta que lo de ayer  no había sido un sueño, había pasado de verdad; trataba de asimilar todo aquello pero mi cabeza no podía.

Estaba en aquella casita misteriosa perdida en el bosque abrazando a Gee, y nuestras manos continuaban unidas.

Al dirigir mi mirada hacia suya una sonrisa se expandió por su pálido rostro.

-Buenos días, supongo.

-Hola- Me contestó. Me fijé en que bajo sus ojos tenía unas grandes ojeras.

-¿No dormiste?- Pregunté con curiosidad. Normalmente yo me despertaba antes, y que Gee ya estuviera despierto ya era extraño.  Mis sospechas aumentaban debido a aquellas ojeras.

-Casi nada- confesó.

-¿Crees que deberíamos volver ya? Nos van a matar cuando lleguemos... no tengo ganas de ir, nos queda otro día en este asqueroso campamento, y creo que nunca antes he estado tan sucio. Tengo tierra por todas partes y hace días que no me baño.- hice una pausa-  ¿Pero sabes? Me gustaría no volver, fugarnos y huir de toda esta mierda, a algún lugar alejado de todo y que nadie pudiera encontrarnos...

-Eras tú el que quería venir a este sitio, y sabes que tú puedes huir conmigo cuando quieras. Créeme cuando te digo que ojala pudiera pero la cruel realidad es que hay que volver, actuar como si no pasara nada, y si no nos expulsan ya es una suerte.

-Pues vámonos, pero ¿qué excusa nos inventamos?- Soltamos nuestro amarre y me levanté. Nuestras manos tenían sangre seca.

-Fácil, que nos perdimos- Se levantó del suelo él también.

-Vale. ¡Hey, se me ocurre una cosa! ¿Y si este es nuestro escondite secreto?

-¿Así como en la película? Frankie, a veces pareces un niño pequeño- Lo miré enfadado y ante esto sonrió- Pero a mí me gusta que seas así.- Mi corazón se aceleró, y me sentí feliz por un instante.

-Gee, ¿No te das cuenta de que lo que está pasando parece una película? El escondite es lo de menos, iremos allí cada vez que estemos mal, que nos sintamos solos y necesitemos hablar de algo, nada más lo conocemos nosotros dos. ¿No sería genial?

-Supongo, suena bien, pero ninguno puede contarle a nadie nada de este sitio, ¿trato hecho?

-Claro.- sonreí. Me sentía entusiasmado ante la idea, a veces prefería vivir en mi mundo imaginario y no pensar en la cruda realidad.

Luego até un pañuelo que tenía en el bolsillo a una tabla de madera de esa casita, para marcarla como nuestro "escondite secreto".

Bajamos por aquellas escaleras, si es que se les puede llamar así, y caminamos tratando de acordarnos por qué camino habíamos venido.

No sabía ni qué hora era, no tenía reloj ni nada parecido, pero era muy difícil saberlo en ese oscuro bosque en el que siempre parecía ser de noche.

Tomé la mano de Gerard con timidez, no sé cómo me había atrevido pero me hacía sentir segur, y la adrenalina corría por mi cuerpo al  tocarlo.

Seguíamos avanzando, ni siquiera sabíamos por dónde íbamos, solo veía cientos de árboles a mi alrededor, pero al parecer la dirección era correcta porque al atravesar una montaña el sol se asomó entre estas, y aquellos árboles de hojas verdes que aparecieron ante nuestros ojos eran muy distintos a los del bosque tenebroso en el que nos encontrábamos antes.

El cielo estaba despejado y suponía que serían las diez de la mañana aproximadamente.

Al cabo de un rato llegamos, todo parecía tranquilo, tenía miedo de acercarme, ¿Quién sabe qué pasaría?, temblé al imagínalo.

Solté su mano y corrimos lo más rápido que pudimos a nuestra tienda de campaña para evitar ser vistos, pero desgraciadamente un monitor nos vio y se acercó con cara de pocos amigos.

-¿Se puede saber dónde estaban ustedes?- Me quedé paralizado sin saber que decir, pero Gee fue más rápido que yo.

-Lo siento, estábamos dando un paseo pero nos perdimos. Tratamos de regresar pero cada vez era peor y nos pasamos la noche tratando de volver. Mira- Le mostró su mano y levantó la mía para enseñársela,  tenían sangre seca al igual que nuestra ropa- Nos caímos.- Mintió. Pareció tan  real que hasta yo me lo hubiera creído, o quizás solo lo haría porque era Gerard el que lo decía y no otro.

-No sé qué pasa, pero es la segunda vez Way, y espero que sea la última. Me da igual si se perdieron, no debieron salir de esta área, por eso tendrán que realizar todas las tareas de hoy ustedes dos solos, ¿entendido?- Asentimos- Bien, pues ahora vayan a lavarse y cambiarse.

Hicimos caso y entramos a la tienda para buscar ropa limpia.

-Menos mal, creí que pasaría algo peor.- Le comenté a Gee.

-Lo mismo digo.- Suspiró aliviado.

                                                                           *********************

Después de asearnos un poco desayunamos, y tuvimos que lavar los platos.

Así pasó el resto del día, haciendo lo que nos mandaran, recogiendo las cosas del suelo, limpiando e incluso cocinando hasta que se hizo de noche.

De verdad tenía ganas de volver a nuestra casa del árbol, pero era imposible. Estaba cansado y me sentía débil, poco había comido en esos días.

Luego charlamos un poco con Mario, Ron, Ray y los demás. Todos estaban asustados durante nuestra desaparición porque Mario les había dicho que un pervertido nos había secuestrado y violado en el bosque, pero lo sorprendente era que todos se habían creído tremenda estupidez y nos miraban con pena mientras yo les contaba lo que había pasado de verdad, o al menos la historia que nos habíamos inventado.

Gee se veía realmente cansado y no hablaba así que entramos a la tienda a dormir.

-A veces pienso de dónde saca Mario tanta imaginación...- Le decía a Gee mientras abría un bote de ensalada que tenía en su mochila.

-Lo sé... pero alégrate, mañana nos vamos de esta tortura.

-Tienes razón. Pero ¿¡cómo demonios quieres que me alegre con  lo que está pasando!? es tan irreal- Le grité, no quería hablar de ese tema pero me molestaba que actuara como si nada pasara.

-Ese no es tu problema- Cuando dijo eso, me dolió algo en el corazón pero al parecer Gee, se dio cuenta- Lo siento, hablé sin pensar- Estábamos acostados y me abrazó- Tengo algo que decirte, positivo y negativo. Lo positivo es que he descubierto algo, y lo negativo es que lo que he descubierto no es bueno.

-Dime...- le pedí.

-La cosa que me ataca  no es como los otros espíritus, es como si tuviera más poder en el mundo de los vivos. Como te dije, los espíritus tienen habilidades diferentes, y la de ese es que puede actuar en este mundo más que los demás.-Hizo una pausa.

-Y eso quiere decir que...

-Eso quiere decir que puede atacarme de forma directa, que puede hacerme daño, que puede apuñalarme si quiere, jugar a Saw conmigo o cortarme la cabeza con una cierra. Es como una especie de demonio.

Ante esas palabras mi corazón se detuvo, y quede como en una especie de shock.

-¡No hables así! eso no va a pasar, ¿acaso no recuerdas la promesa? y ¿por qué quiere hacerte daño?

-Lo sé, pero hay que ser  realista, Frank... y eso todavía no lo sé, pero estoy más tranquilo, es como que tengo el presentimiento de que está lejos, de que no volverá a atormentarme al menos por un tiempo, y ya sabes que mis presentimientos suelen ser ciertos...

-Sí, ¡pero eso no me tranqui...!- Grité pero colocó uno de sus dedos sobre mis labios para hacerme callar, y sentí que la cara me ardía, sentía cosquillas en mi estómago. No me moví ni un milímetro.

-Cállate, Frankie- Dijo aún rozando mis labios con su dedo y luego hizo un recorrido hasta mi mejilla con este, y depositó un beso allí. No sabía si derretirme o morir de un paro cardiaco.- Y duérmete.

Pasé un brazo alrededor de su cintura, y le hice caso. Preocupándome no lograría nada, aunque me era imposible no hacerlo, en el fondo me sentía mejor al saber de su presentimiento y es que el estar abrazado a él se sentía demasiado bien, y me era difícil pensar en problemas.

Su olor me volvía loco, era una mezcla entre nueces, café, vainilla y flores, nunca había olido nada igual y se me hacía imposible descifrar su aroma. Me dormí acariciando su brazo y pensando en lo que planeaba hacer mañana.

                                                                                 ***********


Desperté abrazado a él, eso se había convertido en mi nueva costumbre y necesidad. Al rato Gee despertó, desayunamos, recogimos todo y por fin nos iríamos, era la primera vez que tenía ganas de volver al instituto.

Ya estaba en el autobús a su lado, y yo observaba como nos alejábamos de aquellas montañas.

-Gee…

-¿Mmm?

-¿Puedo agarrar tu mano? me hace sentir... seguro. - Dije colorado y con vergüenza.

No me respondió, si no que tomó mi mano y entrelazó sus dedos con los míos, haciéndome sentir esa paz y tranquilidad a la vez que mi corazón palpitaba con fuerza. Durante el largo camino acariciaba su mano con mi pulgar y me sentía feliz, sentía que quizás él también me quería de esa forma.

(NARRA GERARD)

Trataba de aparentar que estaba bien, que estaba despreocupado pero en el fondo tenía miedo.
Me sentía tan malditamente raro. Estaba feliz por estar junto a Frank, aún sin saber por qué me causa ese mar de sensaciones, pero estaba asustado por esa especie de demonio; no dejaba de pensar en ello.

Pensaba en el giro que había dado mi vida, de ser un chico antisocial y sentirme más solo que un solo pez en el inmenso océano, tan vacío como las botellas de ron de Jack Sparrow, a sentir que ese vacío en mi interior se llenaba por completo con la sola presencia de un solo ser, y además ahora tenía varios amigos a los que no les parecía un bicho raro.

Pero siempre decía que no hay parte buena sin la mala, y en este caso era aquel demonio. Sin embargo, más o menos estaba acostumbrado a seres parecidos.

Recordaba las mejillas sonrojadas de Frank al pedirme tomar mi mano, seguro que yo también estaba colorado en ese momento.

Todo eso eran sensaciones tan nuevas para mí... pero no consigo aclararme. A ver, nunca he tenido amigos y quizás es normal sentirse así por uno, pero también es verdad que lo veo de diferente forma que a Mario por ejemplo, aunque puede que se deba a que estoy más unido a Frank que a él, pero sentir ganas de devorar sus labios no me parecía del todo normal, aunque quizás fueran las hormonas... pero... ¡ash! ¡Me va a explotar la cabeza! De todos modos aunque estuviera enamorado no lo me daría cuenta porque no sé lo que se siente al estarlo... espera, ¿he dicho enamorado? me voy a volver loco, más de lo que ya estoy...

-Hey- Frankie me dio un codazo. Habíamos llegado y yo estaba sumido en mis deducciones sobre el caso “¿Qué siento por Frankie?” aún sin resolver.

Nos bajamos, de verdad extrañaba ese asqueroso instituto.

-Seguro que huelo peor que un cerdo lleno de mierda- Dijo Frank al observar nuestras pintas.

-Hey, no seas tan cochino.

-Aquí el único cochinito eres tú, Gerardito Cerdito.

-Pues ahora que lo dices, Frankito Enanito, sí que apestas.

-¿A sí? pues ahora que lo dices, tu también- Me sonrió, era tan bipolar ese enano, pero me hacía sentir feliz que estuviera alegre y hubiera vuelto a su actitud normal. Me hacía sentir despreocupado, como si nada pasara.

-Creo que cuando me duche seré la persona más feliz del mundo y seguro dejaré la ducha negra.

-En eso estoy de acuerdo contigo, aunque más bien crearás un agujero negro.

-Pues entonces, hacemos una apuesta, una carrera. El que llegue antes al baño se ducha primero, y el otro tiene que bailar y cantar la macarena en los pasillos, ¿te parece?

-No sé cómo se baila, pero como sé que voy a ganar, trato hecho. Nada de trampas ¿ok?

-Está bien... entonces preparados...un poco listos...  listos… muy listos... muy listos...

-¡Venga ya!- Me desesperé, pero ambos reíamos a carcajadas. Frank era tan importante para mí…, me hacía feliz y sin él no sé lo que haría.

-¡Ya!- dijo mientras yo estaba distraído y comenzó a correr.

-¡Eso no es justo!- corrí tras él.

A pesar de estar atrás lo adelanté rápidamente, supongo que gracias a sus pequeñas piernas. Como siempre los que estaban por ahí nos miraban raro, y una coordinadora nos gritó que no corriéramos por los pasillos, pero la ignoramos.

Al final estaba asfixiado pero llegué yo antes y tropecé con la puerta, y debido a la velocidad de Frank cuando llegó se entrompó conmigo. Reíamos como niños pequeños. Estaba pensando realmente si deberíamos meternos en un manicomio, quizás teníamos trastorno de personalidad.

-¡Gané!- grité mientras trataba de respirar.

Agarré mi ropa y me metí rápidamente en el baño. Frankie se hizo el enfadado y se cruzó de brazos pero no podía ocultar su sonrisa, era tan jodidamente hermoso... "ya Gerard, deja de pensar eso", me dije a mí mismo mientras Frank trataba de poner cara de enojo.

-¿Y ahora qué quieres? ¿Qué me bañe contigo?- Dije eso sin pensar, y me puse nervioso. Siempre me pasa eso, digo lo primero que se me viene a la cabeza.

-Si no te importa...-Me dijo aún con esa sonrisa.

-¡Claro que no! que tu no tengas vergüenza no significa que yo tampoco.

-Así que es solo por vergüenza...- Cada vez me hacía sonrojar más.

-¡Bueno ya! déjame bañarme. - Cerré la puerta.

Me desvestí y juro que al hacer eso hasta tierra cayó al suelo además de pequeñas piedras.

Me miré en el espejo, todavía tenía moratones debido al accidente de la montaña, en el abdomen, brazos, etc. También tenía una pequeña cicatriz en la ceja izquierda debido a lo mismo, otra en mi mano debido a la promesa de sangre y por último pero no menos importante, una vieja y grande cicatriz que nadie conocía que empezaba bajo mi vientre hasta la pelvis en dónde se extendía en trayectorias algo curvas, esa cicatriz la tenía desde el primer accidente del coche.
También tenía unas grandes ojeras, algunos rasguños en la cara y el cabello completamente desaliñado.

Tras observar mi penosa imagen me metí en la ducha.

Mientras enjabonaba mi cuerpo trataba de no pensar en nada, tenía la mente completamente en blanco, hasta que escuché que Frank me dijo que me apurara o se desintegraría, y entonces vino a mi mente su imagen, su sonrisa, sus hermosos y grandes ojos de color indescifrable, sus carnosos labios con ese aro de metal que los hacían completamente irresistibles… ¿Gerard que te esta pasando? Traté de contar hasta diez y salí de la ducha, me vestí como siempre con vaqueros y una camiseta negra, me acomodé un poco mi cabello húmedo y salí.

Frank entró corriendo y cerró la puerta, en verdad estaba desesperado.

Mientras deshacía mi mochila sonreí al escuchar a Frank en la ducha.

-¡Aleluya!¡Aleluya!¡Aleluya!¡Aleluya!- Cantaba Frank – y ahora señoras y señores, denle un gran aplauso al grandísimo Frank.- No pude evitar reír por el tono con el que decía eso.

–London Bridge is falling down, Falling down, falling down. London Bridge is falling down, My fair lady!- Frank cantaba aquella canción infantil que a mis oídos era la canción más hermosa que jamás he escuchado por ser él el que la cantaba con su perfecta e infantil voz.

Luego salió con su cabello soltando gotitas, vestía similar a mi pero con sus característicos guantes de esqueleto.

-Ya sabes lo que tienes que hacer Frankie…

-Pero Gee… anda, me da cosa…

-Una apuesta es una apuesta.

Al final salió al pasillo, había gente hablando. Frankie salió todo colorado y se puso a cantar y a bailar aquella estúpida canción, la gente reía y lo miraban raro.Después se metió a la habitación corriendo, era tan hermoso todo rojito como un tomatito… no sé qué me pasa, quizás algún bicho me haya picado y este todo el tiempo pensando  boberías.

Aunque estaba cansado, Frank me llenaba de energía.No dejábamos de hacer tonterías, éramos como dos niños pequeños que no se preocupan por nada y se la pasan jugando y riendo. Y entonces pensé que ojala todo fuera siempre así…

Bajamos a la cafetería y comimos algo. Saludé a Mikey y charlamos un rato con “nuestros” amigos.
Frank al ver tanta comida que no contenía carne se puso a dar saltitos y sin exagerar, se comió tres platos sin contar con los postres, con tanta velocidad que seguro podría ganar un record mundial.

Todos tomarían este día como libre, pero Frankie me insistió de volver a escapar para ir al centro comercial, parecía una de esas niñitas pijas que todos los días quieren ir de compras, y es que cada vez estaba más… como decirlo, ¿gay?
Pero eso me parecía tan dulce y tierno a la vez que provocador, como cuando se ponía esos vaqueros blancos ajustados y caminaba de aquella forma moviendo el trasero, o cuando hablaba y gesticulaba con las manos de una forma graciosa, creo que nadie se podría resistir a abrazar a ese pequeño peluche. Pero ¿cómo puedo estar pensando eso?
Bueno, el caso es que yo no tenía ganas pero a él no se le puede negar nada, sobre todo con esa carita de perrito degollado.
Me insistió como media hora seguida y al final me rendí y acepté, pero¿ qué podía hacer si me había besado en la mejilla unas mil veces para convencerme?

Estábamos escapando, y llegamos a nuestro destino, no sé que querría ver pero parecía entusiasmado, la verdad es que siempre lo estaba.

Yo estaba aburrido aunque Frank no dejaba de entrar y salir de tiendas hasta que entró a una en la que vendían cosas variadas y no me dejó acompañarlo, me dijo que era una sorpresa así que me quede afuera viendo un canal de música en un pequeño televisor que había allí.
 Se tardaba demasiado y estaba nervioso por saber que hacía.

Pasaron quizás veinte minutos que se me hicieron largos pero luego salió con una pequeña bolsita y una sonrisa en su rostro.

Se acercó y de la bolsita sacó una cajita de color roja.

-Ábrela- Me pidió. Lo hice y al abrirla habían dos pulseritas de cuerda de plata con unos adornos. Cada pulsera tenía una pequeña guitarra blanca colgando, un caballete, una casita, un librito, un cerdito, un muñequito más pequeño que los demás, también tenía un adorno que decía amistad y otro de una especie de fantasma, de esos que parecen una sábana con ojos; ante esto sonreí y mis ojos se humedecieron, no pude hacer más que abrazarlo fuertemente. No sé cómo alguien me podía hacer tan feliz.

-Una es para mí y otra para ti, ¿te gustó?

-¡Claro que sí, me encantó!, muchísimas gracias, debió de ser costoso- Dije sonriendo y una lágrima se escapó de mi ojo derecho, él me abrazó más fuerte.

-Bah, ni creas.- Me sonrió ampliamente- Cada adorno significa una cosa, la guitarra la música que para los dos significa mucho, el caballete tu pasión por el dibujo, la casita nuestro escondite secreto, el libro por que los dos amamos la lectura y es como estar en nuestro mundo imaginario,   el cerdito…- Comenzó a reír- Eres tú- Reí yo también- El enano soy yo, el que dice amistad, es nuestras amistad, y el fantasma, ya sabes, representa tu “habilidad”, pero también eso que te hace especial, único y diferente a los demás. ¿Prometes ponértela?

Tenía miedo de hablar porque seguramente empezaría a llorar, estaba demasiado sentimental.

-Claro, es más, prometo que me enterrarán con ella puesta.- Siempre mi humor había sido demasiado... oscuro quizás pero yo hablaba de la muerte como lo más normal del mundo, y es que de verdad lo es.- Es lo más hermoso que me han regalado en la vida.- Nos volvimos a abrazar. Nos pusimos nuestras respectivas pulseras y regresamos al instituto. Estaba tan feliz, lo quería tanto…
                                                              *********************

Ya en nuestra habitación no dejaba de agradecerle ni dejaba de observar la pulsera, era demasiado bonita y solo nosotros dos entendíamos su significado.

El día paso volando, ambos escuchamos música y leímos unas horas, era algo que nos encantaba.

Ya en la noche nos tumbamos cada uno en nuestras respectivas camas,  hablábamos de trabajos y temas sin importancia hasta que una pregunta rondó mi cabeza.

-Frankie, ¿puedo preguntarte una cosa?

-Es obvio que sí.

-Bueno… ¿Cómo…? bah, nada, da igual.

-Dime Gee, me enfada que no confíes en mi.

-Claro que confío en ti, pero es que… ¿Cómo sabes que eres… gay?

-¿Acaso dudas de tu sexualidad?- Había dado en el clavo. Me puse nervioso.

-No, no es eso, solo por curiosidad, pero si no me quieres contar…-Traté de mentir.

-Bueno, lo sé por varias cosas y momentos de mi vida… verás…

*Flashback*

Estaba muy feliz hoy. Había llegado de la guardería y estaba con mi mami comiendo.

-¿Qué tal el día, Frankie? ¿Alguna novedad?

-Muy bien, ¿sabes? Tengo novio, es muy guapo.

-¿Que tienes novia? - me preguntó.

-No, novia no, novio.- Le corregí a mi mami.

-Frankie, si es chica se dice novia.

-Ya lo sé, por eso digo novio, es un chico, ¿y sabes? hoy jugamos todo el día al escondite.- Mi mami se quedó callada.

*Fin del Flashback*

-Éramos solo amigos claro, pero era un juego de niños, tenía como tres años. Y otra vez...

*FlashBack*

Hoy llegué de la escuela y estaban dando en la tele Piratas del Caribe, me encanta esa película.
Pero entonces salió Johnny Depp sin camisa y me recorrió un escalofrío.

-Dios, Johnny Depp y Orlando Bloom, son guapísimos, ojalá estuvieran en mi escuela...

-¡Sí!, a mí también me encantan.- Dijo mi hermana de cinco años que estaba a mi lado en el sillón.

*Fin del FlashBack*

-Y a partir de entonces están en mi lista de famosos más sexys- Me sonrió- Y otro día...

*FlashBack*

Estábamos en los vestuarios de la piscina a la que iba todas las semanas con mis amigos, y entonces los chicos planearon ir al vestuario de chicas para verlas desnudas. Yo me apunté, por supuesto.

Entonces estábamos escondidos tras una columna y veíamos que se estaban secando con  la toalla, y la verdad, a mi no me causó nada, más bien me dio un poco de asco imaginarme hacer esas cochinadas de las que mis amigos hablaban con alguna de esas chicas.

Luego volvimos al de chicos a ducharnos y hablaban de lo buenas que estaban, y entonces mi amigo Mario salió desnudo de la ducha, su cuerpo húmedo, su pecho, su parte baja... mi pulsó aumentó y me puse colorado, a diferencia de cuando vi a aquellas chicas. De repente noté algo raro en mi entrepierna. Con vergüenza me metí en la ducha corriendo y me bañé con agua fría, eso solo me pasaba cuando veía a Johnny o a Orlando, esto era demasiado raro...

*Fin del FlashBack*

-Y esa fue la primera vez que se me paró al ver a un chico desnudo.- Soltó una carcajada.- Y otro día...

*FlashBack*

Estaba muy aburrido en el ordenador y me apareció una propaganda de esas de páginas guarras, la abrí, y que conste que solo fue por curiosidad.

Había un montón de vídeos, era porno gay.Entonces pulsé uno al azar. Aparecieron dos chicos, uno rubio y otro moreno completamente desnudos, se empezaron a besar y a tocarse unos a otros, luego el rubio se agachó y se metió todo el pene del otro en la boca, el moreno gemía muy fuerte y luego...

*FlashBack Interrumpido*

-Hey Frank, no hace falta que me cuentes todo lujo de detalles.- Le dije, de verdad mi inocente Frankie no era tan inocente como pensaba.

*Continuación del FlashBack*

... y luego se corrió en su boca y el rubio lo trago todo, se puso en cuatro y el otro comenzó a penetrarlo. No sé por qué me bajé los pantalones y me empecé a tocar mientras veía el vídeo, y entonces...

*FlashBack Interrumpido OtraVez*

-Vale, vale, ya lo entendí, Frank, no hace falta más explicaciones...- Yo estaba colorado, que me hablara de eso me daba vergüenza pero al parecer a él ninguna.

-Bueno… eso entre muchos otros momentos pero… hey ¿Por qué estas rojo? ¿Es por lo que te conté? Tú fuiste quien me preguntó, yo solo respondí.

-Está bien, Frankie, ya me quedó claro… ¿vamos a dormir?

-Sí, sí, claro, tú cambia el tema… contigo no se puede Gerard…

-Yo no cambio de tema, es solo que…- Frank me interrumpió.

-Tú ya me preguntaste, ¿puedo preguntarte ahora yo?- Asentí.

-¿Alguna vez lo has hecho… ya sabes… eso?- Hablaba cortado, si que era bipolar.

-¿Y ahora te cortas?  ¿Qué parte de no me relacionaba con personas no has entendido?

-No sé… solo preguntaba. ¿Entonces no has besado a nadie?

-No, Frankie… ¿tú?- No sé cómo salió ese tema en la conversación, pero me hacía sentir un poco incómodo y a la vez me intrigaba.

-Tampoco… bueno, buenas noches, que descanses.

-Tú también, Frankie, y muchas gracias por la pulsera otra vez.

Esa noche no fue como las anteriores… no podía dormir por muy cansado que estuviera.
Daba vueltas y más vueltas, quería engañarme haciéndome creer que no tenía sueño pero la verdad era que extrañaba a Frankie a mi lado… me había acostumbrado a dormir con él, abrazados, y ahora estaba solo en mi fría cama, sin él mi miedo regresaba.
Lo necesitaba más de lo que jamás llegaría a imaginar que necesitaría a alguien.

----------------------------------------------------------------------------------
Y por fin subo cap, lo siento again, no encontraba la inspiración. Hay tantas novedades... primero que el concierto del Reanding and Leeds fue el mejor que he visto de MCR, hasta lloré de felicidad al verlo por una web. Luego la mala noticia que supongo que se habrán enterado de lo de Pedicone... me defraudó, me parecía una buena persona, lo vi dos veces en directo en los conciertos que he ido, le había cogido cariño y era un bien amigo de MCR y más de Frank, y ahora esto... no lo puedo odiar porque realmente no sé exactamente lo que pasó, pero me dio mucha tristeza y se nota que Frank está destrozado.. tenía la vaga esperanza de que volviera Bob pero de eso nada... solo espero que My Chem sean fuertes como siempre lo han sido y no cambien por lo ocurrido.
Volviendo al fic, es bastante largo.
 El título significa "Simplemente trata de engañarte a ti mismo", que es lo que están haciendo los dos, ambos tratan de engañarse pensando que todo esta bien, que no hay problemas, sin embargo hay un espíritu asesino, y también tratan de engañarse aparentando no sentir nada por el otro mientras que en el fondo saben que es algo más.Solo les pido que COMENTEN para que me den ánimos para continuar. Muchísimas Gracias por leer. SALUDOS
PD: La frase que esta en negrita ¿les suena a alguna canción? xD
y Feliz cumpleaños Fredie Mercury.

lunes, 15 de agosto de 2011

Capítulo 7 - Perdidos


¿Alguna ves has sentido que todo en lo que creías es completamente distinto a como lo pensabas? ¿Creías que algo era imposible pero resulta no serlo? ¿Te sientes completamente perdido, y ya no sabes lo que es real y lo que no lo es? ¿Te has sentido como si estuvieras en uno de esos programas de cámara oculta, y tratas de encontrar las cámaras pero todo resulta ser real?, ¿o te has sentido dentro de una película de terror o uno de esos videojuegos, en los que todo puede ser posible, hasta la cosa más increíble y cruel?, ¿o tan perdido que no sabes si estas en una pesadilla, o si es la realidad y te pellizcas para comprobar que todo eso sucede de verdad?, así me siento yo, tan perdido como un ciego sin su perro guía y sin bastón, tan perdido que no se si me estaré volviendo loco.

¿Por dónde comenzar? mi vida era lo que se puede decir normal, una familia normal, una hermana normal, padres divorciados pero normales, una casa modesta normal, no soy rico pero tampoco me falta nada necesario, amigos que no se si podré llamar normales, porque no lo son pero tampoco son extraterrestres, en fin, tenía una normal y aburrida vida.

Siempre con la mima rutina, me levantaba, desayunaba, iba al instituto, llegaba, comía, tocaba la guitarra, componía alguna canción, leía, estudiaba, cenaba y me iba a dormir, pero todo eso cambió. 
Supongo que desde el primer día de clase, porque este año estoy internado en el instituto a diferencia de los otros, pero eso no es nada comparado con lo demás, concretamente desde que Gerard resultó ser mi compañero de habitación, como dije ya lo había visto desde que empecé la escuela hace alrededor de once años, desde entonces me intrigó y luego resultó convertirse en mi mayor obsesión, porque yo lo amo. Sé que es muy pronto para decir esto, apenas casi tengo quince años, además que es hombre pero realmente eso último no me importa absolutamente nada. 
Pero lo comprobé, sé que lo amo, lo siento en mi interior, y a partir de entonces comenzaron todas esas sensaciones extrañas que nunca había experimentado, es como si tuviera un extraño magnetismo hacia él. Se convirtió en mi mejor amigo. 

Lo que hace que todo esto sea una locura, es que hace poco me confesó tener una especie de sexto sentido y tener una serie de habilidades, entre ellas ver espíritus, ¿y sabes que? le creo, no me preguntes por qué pero hay algo dentro de mí que dice que todo es cierto y también confío en Gerard. 
Entonces el problema ahora no es solo conquistarlo, eso es lo de menos, lo que ocurre es que uno de esos seres que ve, esta intentando matarlo y yo no puedo hacer nada para evitarlo, ni siquiera ver al atacante.

Por ello siento un miedo que jamás pensé que podría tener, porque en cualquier momento la persona que hizo mi vida una película de terror podría desaparecer. De verdad me alegra que mi vida sea mucho más interesante de lo que solía ser, pero si esta en juego su vida poco me importa.

No me podía haber enamorado de alguien tan aburridamente normal como yo, sino de la persona más extraña y a la vez cercana de la que jamás he conocido y seguro de las que conoceré.

Y aquí estoy yo, había amanecido amarrado a su cintura, se me había dormido un brazo y no lo sentía pero eso me daba igual, ahora eran las cinco de la tarde, ya habíamos desayunado, almorzado y hecho algunas actividades que el monitor nos mandó.
Gee casi ni me había hablado, tenía una cara distinta a la de antes, una de miedo y temor que había visto en algunas ocasiones cuando miraba a la nada y ahora comprendía que quizá no es que no estuviera viendo nada... esa mirada la había visto cuando él ni siguiera llegaba a los diez años.

Ahora nos habían dejado tiempo libre y le propuse dar un paseo y el aceptó, total, no teníamos nada que hacer.

Caminábamos sin rumbo fijo y había un gran silencio, de esos que solo aparecen en las películas de suspenso, solo se oían las ramitas crujir bajo nuestros pies.
El cielo estaba de un color azul intenso y el sol se encontraba escondido tras un árbol, entonces una brisa de viento despeino mi cabello haciéndome estremecer y provocándome un escalofrió, esta vez, provocado por el viento, empezaba a hacer frío. 
No dejaba de ver su rostro y preguntarme en que estaría pensando, pero desgraciadamente no podía leer la mente.

Sin darnos cuenta caminábamos por aquel extraño bosque en el que todo estaba oscuro a pesar de ser de día y aquellos árboles que parecían de ceniza parecían observarte.

El cielo comenzaba a oscurecerse a medida que avanzábamos, pero no parábamos para no tener que hablar, era algo que llegaría tarde o temprano pero preferíamos posponerlo.

Y mientras caminábamos, observé algo que me hizo pensar que de verdad estaba volviéndome loco, porque ante mis ojos apareció una pequeña casita de madera en un árbol, me sentía como el protagonista de la película de Un puente hacia Terabithia...

Para comprobar que mis ojos no me engañaban, le pregunté a Gee.

-¿Es... es real?- él asintió.

Era raro una casa de árbol en medio de un bosque alejado del mundo, pero más lo era que la otra vez que había pasado por aquí en esa desesperante búsqueda de Gerard, no la había visto, era como si de un día a otro apareciera de la nada, aunque quizá son suposiciones mías y estoy delirando.

Me acerqué al árbol y empecé a subir por unas escaleras de madera vieja que parecían podridas y corroídas, al igual que la casita,
y acerté con mi suposición porque al hacer contacto con mi pié la madera rechinó y tembló.

-Hey, ten cuidado, quien sabe de que año es esto, podrías caerte- me advirtió Gee pero hice caso omiso y continué subiendo, caerme no era nada comparado con ser asesinado por un espíritu y sinceramente, me sentía en un estado extraño en el que pensaba estar en un sueño y todo me daba igual.

Logré subir sin hacerme un rasguño y me senté en la vieja madera, Gerard parecía mirar la casa con miedo, pero se acercó y subió. Se sentó a mi lado y me miró, realmente no era el mismo chico loco e infantil de hace unos días ni tampoco aquel de hace años al que todo le daba igual y la soledad era su única amiga, lo veía en sus ojos.

Nos quedamos mirando por unos largos minutos pero luego corté aquel silencio.

-¿Y ahora qué?

-No lo sé...

-¿Lo... lo has vuelto a ver?

-Sí... dice que... va a acabar conmigo...- sus palabras salían entrecortadas y mi corazón dio un vuelco.

Y entonces rompió a llorar como nunca lo había visto hacer, se tapaba la cara con sus manos mientras yo oía sus llantos, pero le aparté las manos de su hermoso rostro y lo acuné en mi pecho.

-Tranquilo, verás como encontraremos una solución para esto, ¿para todo hay una solución no?- ni siquiera yo me creía mis palabras pero eso era algo que mi madre me decía cuando tenía algún estúpido problema, que para todo había una solución, así que trate de creérmelo.

Acariciaba su cabello mientras el lloraba en mi pecho y esperaba que no se diera cuenta de que mi corazón latía tan fuerte.

Pasaron horas y horas, no sabía si nos estarían buscando o no pero eso me resbalaba.

Estábamos sentados allí, en esa casita que parecía de fantasía, se veía la luna y las estrellas, hubiera sido un momento hermoso si no fuera porque mi mejor amigo, el amor de mi vida, estaba llorando porque un espíritu quería matarlo. Al recordar eso unas lágrimas resbalaron por mi rostro y yo también comencé a llorar.

Hacía demasiado frío pero estábamos medio abrazados y eso hacía que mi piel ardiera, allí, llorando juntos.

Paso un tiempo y nos calmamos un poco, seguían saliendo gotas cristalinas de nuestros ojos pero ya no eran llantos que parecían gritos.

-Ya hablaron con mi madre... y le contaron mi desaparición... me regañó y amenazó con mandarme a un orfanato... me dijo que dejara los jueguitos... y pensó que me intenté suicidar... otra vez... oí sus llantos a través del teléfono... dice que va a llamar a un psiquiatra y... que si estar en el instituto me afecta... me va a sacar de aquí... y yo... yo no quiero... no ahora…antes... me alegraría por eso pero... ahora es distinto... te... te tengo a ti... tu me comprendes.. me escuchas... me crees... me ayudas... sin ti probablemente habría muerto... por favor... quédate conmigo- sollozó y ante esas palabras solo lo apreté más fuerte y mis lágrimas salían más rápido, pero entonces al apoyar mi mano en esa asquerosa y putrefacta madera sentí un pinchazo, me había clavado un trozo de madera astillada en la palma de la mano y la sangre comenzó a fluir, Gerard me miraba preocupado.

-Tranquilo, no es nada- pero entonces él me tomo la mano herida para revisarla, y me miró a los ojos, ante eso, sentí las llamadas mariposas en el estómago, comenzó a acariciar mi mano y yo me derretía a la vez que su mano también se manchaba de aquel líquido caliente y rojizo.

-Hagamos una promesa- le propuse- prometo estar contigo, prometo que saldremos de esta y muchas más juntos, pase lo que pase.

-Yo... realmente no se lo que prometerte, solo te complico la vida y te causo problemas, pero sea lo que sea para lo que me necesites, estaré ahí, puedes contar conmigo- esas palabras me hicieron estremecer

-Al contrario, eres muy importante para mi, ni te imaginas cuanto... y nada más al estar a mi lado me has ayudado mucho, te quiero- le confesé

-Yo... yo también te quiero- nos dimos un abrazo que duró más de un minuto- entonces... ¿esto es una promesa? - abrí la palma de mi mano ensangrentada y eché un escupitajo en esta. Él entendió mi intención, agarró un trocito de madera y se hizo un pequeño corte en la palma, al instante la sangre comenzó a brotar, y echó un escupitajo en su mano que también estaba manchada de mi sangre, y luego agarré su mano y entrelazamos nuestros dedos, no me daba asco, al contrario. Me parecía un bonito gesto, y sentir que mi saliva y  la suya se mezclaban en mi mano, al igual que mi sangre y la suya, me hacía delirar. 
No quería soltar mi amarre y al parecer él tampoco, porque cada uno acariciaba la mano del otro con el pulgar, mientras nos mirábamos a los ojos, me sentía flotar.

Sin soltar nuestras manos nos tumbamos en el suelo y nos abrazamos. De verdad esto era tan irreal... pero al acomodarme sobre su pecho supe que el suyo también latía fuertemente y eso me hizo sonreír, seguíamos ahí, bajo el cielo estrellado, con nuestras manos ensangrentadas unidas, ¿qué más da si estamos perdidos? en esos momentos me daba igual lo que fuéramos, quizá para él solo amigos pero mi corazón sentía que el suyo también me amaba.

Estiré mi cabeza y le dí un beso en el cuello, lo que hizo que mi piel se erizara y sintiera calor y frío a la vez.

-No es una simple promesa, es una promesa de sangre y yo todo lo que prometo lo cumplo, tenlo por seguro Gee.

-Lo sé, confío en ti, Frankie- se aferró más a mí.

Nos quedamos contemplando el cielo oscuro en aquel extraño bosque hasta que nuestros ojos se fueron cerrando y nuestros rostros fueron lo último que vimos antes de caer rendidos ante los brazos de Morfeo, y un te amo fue lo último que mis labios pronunciaron silenciosamente abrazado al ser que más he amado en mi corta vida.

Sentía que estábamos hechos para encontrarnos y estar juntos o quizás eso solo era lo que deseaba, solo a él y nada más en este extraño y complicado mundo y en el mundo de los muertos. 
Ningún espíritu iba a arrebatarme mi felicidad, a mi única esperanza.

------------------------------------------------------------------
Y aquí estoy de nuevo, de veras siento tardarme tanto... lo que pasa es que tenía parte del cap en otro ordenador y se me estropeó, por lo que traté de esperar a arreglarlo para continuar a partir de ahí pero nada, así que lo hice de nuevo. También mi prima de Venezuela vino aquí a estudiar a la universidad y está viviendo en mi casa por lo que casi todos los días salgo y ni tengo tiempo de escribir, recuerden que mi prima fue la que me dio a conocer a MCR, no es que ella sea super fan, pero le gusta aunque su grupo favorito es Simple Plan, bueno, me dejo de enrollar, siento que este cap haya sido más corto, que sea de drama y no haya habido comedia pero la habrá, solo esperen un poco, subiré cuando pueda, I promise! la casa del árbol es como la de la película de un puente hacia terabithia pero más vieja,  podrida y esta en un bosque tenebroso xD
Por cierto, el 22 sale el vídeo de The Only Hope For Me Is You! estoy muy emocionada ^_^
ya me despido, saludos y COMENTEN please!