miércoles, 14 de septiembre de 2011

Capítulo 9 - I'm rare, different and special


(NARRA GERARD)

Pasaron los días, nada había ocurrido. 
En ese momento estaba estudiando en mi cama como tenía la costumbre de hacer. Frank también estudiaba en la suya, tenía la cabeza agachada y su cabello un poco más largo le caía sobre los ojos.

Me extrañaba tanta normalidad, y es que no había tenido ninguno de esos sueños raros, ni siquiera había soñado. Me costaba más dormirme, eso sí es verdad, pero yo sé muy bien el motivo, no había vuelto a dormir con Frank desde el campamento, estábamos algo más alejados porque los exámenes habían comenzado así que estábamos casi todo el día estudiando y es que este curso era bastante complicado, hasta Frank estudiaba todos los días y eso era poco común en él.

Mientras estudiaba me di cuenta de que no comprendía la mayoría de las cosas, me daba pena pedirle a Frank que me explicara, estaba demasiado concentrado, así que iría a la biblioteca para encontrar algún libro más detallado.
Era media noche pero lo bueno de este instituto es que la biblioteca siempre estaba abierta, cualquier persona podía ir a cualquier hora y por eso mucha gente que no era del instituto solía ir allí sin problema.

Le avisé a Frankie que iría a la biblioteca y salí.

Estaba todo oscuro, me recordaba a esas películas de terror en las que había un largo pasillo y un monstruo estaba al asecho. Es raro pero siempre me ha gustado sentir el miedo correr por mis venas, siempre y cuando sé que no estoy en verdadero peligro.

Por fin llegué a aquella gran biblioteca de innumerables estanterías llenas de libros, había tantos que me tardé más de media hora en encontrar el indicado. Estaba yo solo, no había nadie, lo prefería así.
Iba a volver a la habitación cuando sentí algo como un soplo de aire frío en mi oreja, no hice nada, me quedé paralizado, por algún extraño motivo sentía una presencia detrás de mí. Al minuto reaccioné, seguro serían boberías mías.
Me di la vuelta para comprobarlo y al hacerlo mis ojos se abrieron al máximo y no me podía mover. No podía ser real lo que veía, no podía serlo pero en frente de mi estaba mi abuela Elena, o como le gustaba que la llamaran, Helena.

Estaba igual que la última vez que la vi excepto por su ropa y esas manchas negras alrededor de sus ojos. Su cabello negro y largo con algunos mechones blancos seguía intacto, sus ojos verde esmeralda parecían tan reales como lo eran los míos, su rostro pálido y con algunas arrugas era el mismo y el típico “uniforme” de los muertos cubría su cuerpo.

No podía abrir la boca pero ella lo hizo antes.

-Gee… soy yo, soy Helena.- yo no respondía.-Mi pequeño artista...-Unas lágrimas se escabulleron por su rostro pero no eran lágrimas comunes, eran lágrimas de color negro, tan negras como el petróleo.

Sin temor alguno la abracé, era ella, era mi abuela de verdad, me había llamado como siempre solía hacerlo, eso hizo que yo también llorara.

Era como abrazar a una persona de carne y hueso, la sentía y podía oler su aroma a frutas.

-Te he extrañado tanto…-Logré decir- me has hecho tanta falta, no sabes cuánto…siento haberte defraudado, soy un asco-rompió el abrazo.

-No digas eso, estoy muy orgullosa de ti, has sido muy fuerte, no has debido extrañarme, siempre estoy contigo, a tu lado, estés donde estés.

-Pero yo… no te he visto, ¿por qué no te apareciste antes…? te necesitaba…

-Porque no me has podido ver aunque yo siempre he estado contigo… a eso vengo, a explicarte, sé todo lo que ha pasado, no has podido verme porque un espíritu te lo impide..., déjame contarte desde el principio.

Todo comenzó aquel día, el día del accidente de coche en el que casi mueres, en ese accidente chocaron con otro coche y quedo destrozado, el que iba en ese coche era Murthog, el espíritu que quiere matarte.
Luego llegó la ambulancia, tú y él estaban muy graves, si atendían a uno primero, el otro tendría menos posibilidades de vivir, como  eras pequeño y él  tenía veintisiete años, te eligieron a ti. No respirabas, trataron de reanimarte, tardaron demasiado pero  lo consiguieron. Te subieron a la ambulancia y cuando fueron a reanimar a Murthog, ya era demasiado tarde.
Los llevaron a los dos al hospital, tú te recuperaste pero él quedo en coma y luego lo desconectaron de la máquina que lo mantenía con vida porque ya no había esperanzas.
 Por eso él tiene esa conexión tan fuerte con el mundo humano, porque ha estado entra la vida y la muerte, vivo pero a la vez al borde de la muerte.- Hizo una pausa, yo estaba en shock- Te quiere matar porque cree que murió por tu culpa… y claro que no es así, pero él está seguro de eso. Según él si lo hubieran atendido primero, seguiría vivo y piensa que por tu culpa el accidente ocurrió. También te envidia, te envidia por haberte salvado tantas veces de la muerte, envidia tu poder, desde entonces está obsesionado contigo y te ha estado observando, no te había atacado antes porque no tenía suficiente poder y los demás espíritus no se lo permitían… hasta que los convenció, los convenció de que eres peligroso estando vivo con ese poder, de que muerto tendrías  uno mayor y les serías útil, claro que hay unos espíritus que se oponen pero Murthog tiene sed de venganza.
Tú no me has visto porque uno de los de su grupo te lo impidió con sus poderes, les parecía peligroso que te contara todo, pero mira, aquí estoy Gee. Cielo, sé que no debería de estar pasando esto, pero eres especial, y hay una solución… debes concentrarte, poner toda tu energía en hacer todo desaparecer, así no los verás, no pasará nada, haz lo mismo que hiciste conmigo cuando me abrazaste, no se puede abrazar a los espíritus y tú lo has hecho, has puesto toda tu fuerza en ello, así que puedes hacerlo, no te rindas nunca, tienes un gran poder, además, ahora tienes a Frankie- Me miró pícaramente, ¿sabrá todo lo que siento?

Y es que ahora que sé la verdad, el por qué de todo, creo que era mejor haber estado en la ignorancia sin saber nada pero ver a mi abuela de nuevo me hizo sentir bien, y más sabiendo que esta siempre conmigo. Me dio una solución así que supongo que no todo estaba tan perdido como pensaba, pero es que, ¿qué podía hacer yo, una sola persona insignificante contra cientos, miles o quizás más espíritus con poderes? tenía miedo, tanto que empecé a temblar. Mi abuela lo notó.

-Hey, Gee, lo conseguirás, créeme.

-Yo no estoy tan seguro de eso- estaba llorando y ni siquiera lo había notado.-Helena… tú… ¿sabes …sabes algo de Frank?- Me sonrió

-Claro que sí, lo sé, sé tus dudas y te diré una cosa, eso que sientes ahí- dijo señalando mi corazón- es amor, él siente lo mismo que tu, también tiene dudas, lo he observado, es un gran chico y si esta en tu camino es por algo ¿no crees? Sé que él te hace sonreír cuando estas mal, se que lo amas- me volvió a sonreír, mis mejillas se coloraron- Está bien que le hayas contado todo, prometo estar en su boda- Me sonrojé aun más.- Gee, sé feliz.

-Yo…Frankie…- No me salían las palabras.

-Lo sé, bueno, Gee… te amo, tengo que irme, prometo estar siempre contigo.

-¡No! No te vayas… por favor.-Mis ojos se humedecieron.

-Debo hacerlo, prometo que pronto me verás, todo se acabará, todo estará bien.

Me sonrió y de pronto su imagen se fue disolviendo hasta desaparecer. Me tiré al suelo y lloré, lo hice durante largos minutos.

Estaba asustado, todo esto era una locura, ¿qué debía hacer?

Traté de tranquilizarme un poco, agarré el libro y corrí hasta la habitación, ¿y si le hacían algo a Helena por haber hablado conmigo? pero ¿Qué le pueden hacer si ya está muerta? ¿Cuándo la volveré a ver? Miles de preguntas rondaban por mi cabeza, todas ellas sin respuesta.

Al entrar a la habitación Frank me miró asustado, yo tenía los ojos rojos y llorosos.

De repente sentí unos brazos rodear mi cintura y sonreí, siempre había pensado que el destino estaba escrito, que lo que pasa tiene que pasar y por mucho que tratemos de modificarlo siempre terminará de la misma forma, que cada uno tiene escrita la historia de su vida y el día en el que va a morir.
En estos momentos pensaba que Frank era algo así como un ángel de la guarda que estaba a mi lado para ayudarme, para hacerme feliz y mantenerme con vida de alguna manera, porque sinceramente, si no hubiera conocido a Frank, si yo fuera el de antes, ya habría muerto, si hubiera pasado por todo esto yo solo, me habría suicidado antes de que Murthog me matara. Por eso creo que Frank y yo estábamos predestinados a encontrarnos. Ese pequeño de ojos avellana era mi salvador, me había enamorado de mi ángel.

Al soltarme nos sentamos en la cama y nos mirábamos a los ojos sin decir palabra, con su mirada me lo decía todo, quería que le contase todo, y eso hice, claro que omití la parte en la que mi abuela me dijo que nos amábamos. Le contaba todo lo ocurrido, haciendo pausas porque mis ojos se humedecían cada vez más, él solo me tomó la mano y la acariciaba para animarme a continuar.
Al acabar me abrazó otra vez, tenía miedo de que al haberle contado la verdad  huiría de mí y me dejaría solo por miedo, pero lo conocía bien y sé que no lo haría.

-Gee, tranquilo, nada es tu culpa, ojalá esto le pasara a otra persona y no a ti, pero lo superaremos, te lo prometí. Me hubiera gustado mucho conocer a Helena, seguro que se parece mucho a ti.

No le contesté porque lloraría aun más pero sí lo abracé más fuerte, no lo quería soltar nunca. Esta noche no soportaría dormir solo.

-Frankie, tengo miedo…  ¿puedo dormir contigo?-Él me sonrió y asintió.

Nos pusimos el pijama y nos metimos bajo las mantas, hacía mucho frío.

Las palabras no arreglarían nada, por eso nos abrazamos y cerramos los ojos, extrañaba tanto dormir así, se sentía estar en el cielo, y él era mi angelito.

No sé lo que pasaría a partir de ahora, estaba peor que antes, ni siquiera sabía cómo concentrarme, no quería que le ocurriera nada malo a Frankie por mi culpa, quizás sería mejor no meterlo en todo esto, pero sin él, yo no lo soportaría.

Por mi mente pasó la estúpida teoría de que si lo hubieran salvado a Murthog y no a mí, hubiera sido mejor, yo estaría muerto y él vivo, pero al pensar en Frankie esa teoría fue directa a la basura.

Ahora solo quedaba esperar, esperar a que quisieran matarme de repente y poner a prueba mis supuestos poderes.

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Otra vez siento la tardanza. Ya se ha acabado el verano y yo ya empecé la escuela ayer. En este cap está la explicación de todo, espero no defraudarles y que les guste.
Saludos y muchas gracias a todos, en especial a Raquel Marco por animarme a continuar y amenazarme para que subiera cap :)
Please comenten.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Capítulo 8 - Just Try To Deceive Yourself.


(NARRA FRANK)

Me desperté debido al dolor de espalda, mire a mi alrededor y resulta que lo de ayer  no había sido un sueño, había pasado de verdad; trataba de asimilar todo aquello pero mi cabeza no podía.

Estaba en aquella casita misteriosa perdida en el bosque abrazando a Gee, y nuestras manos continuaban unidas.

Al dirigir mi mirada hacia suya una sonrisa se expandió por su pálido rostro.

-Buenos días, supongo.

-Hola- Me contestó. Me fijé en que bajo sus ojos tenía unas grandes ojeras.

-¿No dormiste?- Pregunté con curiosidad. Normalmente yo me despertaba antes, y que Gee ya estuviera despierto ya era extraño.  Mis sospechas aumentaban debido a aquellas ojeras.

-Casi nada- confesó.

-¿Crees que deberíamos volver ya? Nos van a matar cuando lleguemos... no tengo ganas de ir, nos queda otro día en este asqueroso campamento, y creo que nunca antes he estado tan sucio. Tengo tierra por todas partes y hace días que no me baño.- hice una pausa-  ¿Pero sabes? Me gustaría no volver, fugarnos y huir de toda esta mierda, a algún lugar alejado de todo y que nadie pudiera encontrarnos...

-Eras tú el que quería venir a este sitio, y sabes que tú puedes huir conmigo cuando quieras. Créeme cuando te digo que ojala pudiera pero la cruel realidad es que hay que volver, actuar como si no pasara nada, y si no nos expulsan ya es una suerte.

-Pues vámonos, pero ¿qué excusa nos inventamos?- Soltamos nuestro amarre y me levanté. Nuestras manos tenían sangre seca.

-Fácil, que nos perdimos- Se levantó del suelo él también.

-Vale. ¡Hey, se me ocurre una cosa! ¿Y si este es nuestro escondite secreto?

-¿Así como en la película? Frankie, a veces pareces un niño pequeño- Lo miré enfadado y ante esto sonrió- Pero a mí me gusta que seas así.- Mi corazón se aceleró, y me sentí feliz por un instante.

-Gee, ¿No te das cuenta de que lo que está pasando parece una película? El escondite es lo de menos, iremos allí cada vez que estemos mal, que nos sintamos solos y necesitemos hablar de algo, nada más lo conocemos nosotros dos. ¿No sería genial?

-Supongo, suena bien, pero ninguno puede contarle a nadie nada de este sitio, ¿trato hecho?

-Claro.- sonreí. Me sentía entusiasmado ante la idea, a veces prefería vivir en mi mundo imaginario y no pensar en la cruda realidad.

Luego até un pañuelo que tenía en el bolsillo a una tabla de madera de esa casita, para marcarla como nuestro "escondite secreto".

Bajamos por aquellas escaleras, si es que se les puede llamar así, y caminamos tratando de acordarnos por qué camino habíamos venido.

No sabía ni qué hora era, no tenía reloj ni nada parecido, pero era muy difícil saberlo en ese oscuro bosque en el que siempre parecía ser de noche.

Tomé la mano de Gerard con timidez, no sé cómo me había atrevido pero me hacía sentir segur, y la adrenalina corría por mi cuerpo al  tocarlo.

Seguíamos avanzando, ni siquiera sabíamos por dónde íbamos, solo veía cientos de árboles a mi alrededor, pero al parecer la dirección era correcta porque al atravesar una montaña el sol se asomó entre estas, y aquellos árboles de hojas verdes que aparecieron ante nuestros ojos eran muy distintos a los del bosque tenebroso en el que nos encontrábamos antes.

El cielo estaba despejado y suponía que serían las diez de la mañana aproximadamente.

Al cabo de un rato llegamos, todo parecía tranquilo, tenía miedo de acercarme, ¿Quién sabe qué pasaría?, temblé al imagínalo.

Solté su mano y corrimos lo más rápido que pudimos a nuestra tienda de campaña para evitar ser vistos, pero desgraciadamente un monitor nos vio y se acercó con cara de pocos amigos.

-¿Se puede saber dónde estaban ustedes?- Me quedé paralizado sin saber que decir, pero Gee fue más rápido que yo.

-Lo siento, estábamos dando un paseo pero nos perdimos. Tratamos de regresar pero cada vez era peor y nos pasamos la noche tratando de volver. Mira- Le mostró su mano y levantó la mía para enseñársela,  tenían sangre seca al igual que nuestra ropa- Nos caímos.- Mintió. Pareció tan  real que hasta yo me lo hubiera creído, o quizás solo lo haría porque era Gerard el que lo decía y no otro.

-No sé qué pasa, pero es la segunda vez Way, y espero que sea la última. Me da igual si se perdieron, no debieron salir de esta área, por eso tendrán que realizar todas las tareas de hoy ustedes dos solos, ¿entendido?- Asentimos- Bien, pues ahora vayan a lavarse y cambiarse.

Hicimos caso y entramos a la tienda para buscar ropa limpia.

-Menos mal, creí que pasaría algo peor.- Le comenté a Gee.

-Lo mismo digo.- Suspiró aliviado.

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Después de asearnos un poco desayunamos, y tuvimos que lavar los platos.

Así pasó el resto del día, haciendo lo que nos mandaran, recogiendo las cosas del suelo, limpiando e incluso cocinando hasta que se hizo de noche.

De verdad tenía ganas de volver a nuestra casa del árbol, pero era imposible. Estaba cansado y me sentía débil, poco había comido en esos días.

Luego charlamos un poco con Mario, Ron, Ray y los demás. Todos estaban asustados durante nuestra desaparición porque Mario les había dicho que un pervertido nos había secuestrado y violado en el bosque, pero lo sorprendente era que todos se habían creído tremenda estupidez y nos miraban con pena mientras yo les contaba lo que había pasado de verdad, o al menos la historia que nos habíamos inventado.

Gee se veía realmente cansado y no hablaba así que entramos a la tienda a dormir.

-A veces pienso de dónde saca Mario tanta imaginación...- Le decía a Gee mientras abría un bote de ensalada que tenía en su mochila.

-Lo sé... pero alégrate, mañana nos vamos de esta tortura.

-Tienes razón. Pero ¿¡cómo demonios quieres que me alegre con  lo que está pasando!? es tan irreal- Le grité, no quería hablar de ese tema pero me molestaba que actuara como si nada pasara.

-Ese no es tu problema- Cuando dijo eso, me dolió algo en el corazón pero al parecer Gee, se dio cuenta- Lo siento, hablé sin pensar- Estábamos acostados y me abrazó- Tengo algo que decirte, positivo y negativo. Lo positivo es que he descubierto algo, y lo negativo es que lo que he descubierto no es bueno.

-Dime...- le pedí.

-La cosa que me ataca  no es como los otros espíritus, es como si tuviera más poder en el mundo de los vivos. Como te dije, los espíritus tienen habilidades diferentes, y la de ese es que puede actuar en este mundo más que los demás.-Hizo una pausa.

-Y eso quiere decir que...

-Eso quiere decir que puede atacarme de forma directa, que puede hacerme daño, que puede apuñalarme si quiere, jugar a Saw conmigo o cortarme la cabeza con una cierra. Es como una especie de demonio.

Ante esas palabras mi corazón se detuvo, y quede como en una especie de shock.

-¡No hables así! eso no va a pasar, ¿acaso no recuerdas la promesa? y ¿por qué quiere hacerte daño?

-Lo sé, pero hay que ser  realista, Frank... y eso todavía no lo sé, pero estoy más tranquilo, es como que tengo el presentimiento de que está lejos, de que no volverá a atormentarme al menos por un tiempo, y ya sabes que mis presentimientos suelen ser ciertos...

-Sí, ¡pero eso no me tranqui...!- Grité pero colocó uno de sus dedos sobre mis labios para hacerme callar, y sentí que la cara me ardía, sentía cosquillas en mi estómago. No me moví ni un milímetro.

-Cállate, Frankie- Dijo aún rozando mis labios con su dedo y luego hizo un recorrido hasta mi mejilla con este, y depositó un beso allí. No sabía si derretirme o morir de un paro cardiaco.- Y duérmete.

Pasé un brazo alrededor de su cintura, y le hice caso. Preocupándome no lograría nada, aunque me era imposible no hacerlo, en el fondo me sentía mejor al saber de su presentimiento y es que el estar abrazado a él se sentía demasiado bien, y me era difícil pensar en problemas.

Su olor me volvía loco, era una mezcla entre nueces, café, vainilla y flores, nunca había olido nada igual y se me hacía imposible descifrar su aroma. Me dormí acariciando su brazo y pensando en lo que planeaba hacer mañana.

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Desperté abrazado a él, eso se había convertido en mi nueva costumbre y necesidad. Al rato Gee despertó, desayunamos, recogimos todo y por fin nos iríamos, era la primera vez que tenía ganas de volver al instituto.

Ya estaba en el autobús a su lado, y yo observaba como nos alejábamos de aquellas montañas.

-Gee…

-¿Mmm?

-¿Puedo agarrar tu mano? me hace sentir... seguro. - Dije colorado y con vergüenza.

No me respondió, si no que tomó mi mano y entrelazó sus dedos con los míos, haciéndome sentir esa paz y tranquilidad a la vez que mi corazón palpitaba con fuerza. Durante el largo camino acariciaba su mano con mi pulgar y me sentía feliz, sentía que quizás él también me quería de esa forma.

(NARRA GERARD)

Trataba de aparentar que estaba bien, que estaba despreocupado pero en el fondo tenía miedo.
Me sentía tan malditamente raro. Estaba feliz por estar junto a Frank, aún sin saber por qué me causa ese mar de sensaciones, pero estaba asustado por esa especie de demonio; no dejaba de pensar en ello.

Pensaba en el giro que había dado mi vida, de ser un chico antisocial y sentirme más solo que un solo pez en el inmenso océano, tan vacío como las botellas de ron de Jack Sparrow, a sentir que ese vacío en mi interior se llenaba por completo con la sola presencia de un solo ser, y además ahora tenía varios amigos a los que no les parecía un bicho raro.

Pero siempre decía que no hay parte buena sin la mala, y en este caso era aquel demonio. Sin embargo, más o menos estaba acostumbrado a seres parecidos.

Recordaba las mejillas sonrojadas de Frank al pedirme tomar mi mano, seguro que yo también estaba colorado en ese momento.

Todo eso eran sensaciones tan nuevas para mí... pero no consigo aclararme. A ver, nunca he tenido amigos y quizás es normal sentirse así por uno, pero también es verdad que lo veo de diferente forma que a Mario por ejemplo, aunque puede que se deba a que estoy más unido a Frank que a él, pero sentir ganas de devorar sus labios no me parecía del todo normal, aunque quizás fueran las hormonas... pero... ¡ash! ¡Me va a explotar la cabeza! De todos modos aunque estuviera enamorado no lo me daría cuenta porque no sé lo que se siente al estarlo... espera, ¿he dicho enamorado? me voy a volver loco, más de lo que ya estoy...

-Hey- Frankie me dio un codazo. Habíamos llegado y yo estaba sumido en mis deducciones sobre el caso “¿Qué siento por Frankie?” aún sin resolver.

Nos bajamos, de verdad extrañaba ese asqueroso instituto.

-Seguro que huelo peor que un cerdo lleno de mierda- Dijo Frank al observar nuestras pintas.

-Hey, no seas tan cochino.

-Aquí el único cochinito eres tú, Gerardito Cerdito.

-Pues ahora que lo dices, Frankito Enanito, sí que apestas.

-¿A sí? pues ahora que lo dices, tu también- Me sonrió, era tan bipolar ese enano, pero me hacía sentir feliz que estuviera alegre y hubiera vuelto a su actitud normal. Me hacía sentir despreocupado, como si nada pasara.

-Creo que cuando me duche seré la persona más feliz del mundo y seguro dejaré la ducha negra.

-En eso estoy de acuerdo contigo, aunque más bien crearás un agujero negro.

-Pues entonces, hacemos una apuesta, una carrera. El que llegue antes al baño se ducha primero, y el otro tiene que bailar y cantar la macarena en los pasillos, ¿te parece?

-No sé cómo se baila, pero como sé que voy a ganar, trato hecho. Nada de trampas ¿ok?

-Está bien... entonces preparados...un poco listos...  listos… muy listos... muy listos...

-¡Venga ya!- Me desesperé, pero ambos reíamos a carcajadas. Frank era tan importante para mí…, me hacía feliz y sin él no sé lo que haría.

-¡Ya!- dijo mientras yo estaba distraído y comenzó a correr.

-¡Eso no es justo!- corrí tras él.

A pesar de estar atrás lo adelanté rápidamente, supongo que gracias a sus pequeñas piernas. Como siempre los que estaban por ahí nos miraban raro, y una coordinadora nos gritó que no corriéramos por los pasillos, pero la ignoramos.

Al final estaba asfixiado pero llegué yo antes y tropecé con la puerta, y debido a la velocidad de Frank cuando llegó se entrompó conmigo. Reíamos como niños pequeños. Estaba pensando realmente si deberíamos meternos en un manicomio, quizás teníamos trastorno de personalidad.

-¡Gané!- grité mientras trataba de respirar.

Agarré mi ropa y me metí rápidamente en el baño. Frankie se hizo el enfadado y se cruzó de brazos pero no podía ocultar su sonrisa, era tan jodidamente hermoso... "ya Gerard, deja de pensar eso", me dije a mí mismo mientras Frank trataba de poner cara de enojo.

-¿Y ahora qué quieres? ¿Qué me bañe contigo?- Dije eso sin pensar, y me puse nervioso. Siempre me pasa eso, digo lo primero que se me viene a la cabeza.

-Si no te importa...-Me dijo aún con esa sonrisa.

-¡Claro que no! que tu no tengas vergüenza no significa que yo tampoco.

-Así que es solo por vergüenza...- Cada vez me hacía sonrojar más.

-¡Bueno ya! déjame bañarme. - Cerré la puerta.

Me desvestí y juro que al hacer eso hasta tierra cayó al suelo además de pequeñas piedras.

Me miré en el espejo, todavía tenía moratones debido al accidente de la montaña, en el abdomen, brazos, etc. También tenía una pequeña cicatriz en la ceja izquierda debido a lo mismo, otra en mi mano debido a la promesa de sangre y por último pero no menos importante, una vieja y grande cicatriz que nadie conocía que empezaba bajo mi vientre hasta la pelvis en dónde se extendía en trayectorias algo curvas, esa cicatriz la tenía desde el primer accidente del coche.
También tenía unas grandes ojeras, algunos rasguños en la cara y el cabello completamente desaliñado.

Tras observar mi penosa imagen me metí en la ducha.

Mientras enjabonaba mi cuerpo trataba de no pensar en nada, tenía la mente completamente en blanco, hasta que escuché que Frank me dijo que me apurara o se desintegraría, y entonces vino a mi mente su imagen, su sonrisa, sus hermosos y grandes ojos de color indescifrable, sus carnosos labios con ese aro de metal que los hacían completamente irresistibles… ¿Gerard que te esta pasando? Traté de contar hasta diez y salí de la ducha, me vestí como siempre con vaqueros y una camiseta negra, me acomodé un poco mi cabello húmedo y salí.

Frank entró corriendo y cerró la puerta, en verdad estaba desesperado.

Mientras deshacía mi mochila sonreí al escuchar a Frank en la ducha.

-¡Aleluya!¡Aleluya!¡Aleluya!¡Aleluya!- Cantaba Frank – y ahora señoras y señores, denle un gran aplauso al grandísimo Frank.- No pude evitar reír por el tono con el que decía eso.

–London Bridge is falling down, Falling down, falling down. London Bridge is falling down, My fair lady!- Frank cantaba aquella canción infantil que a mis oídos era la canción más hermosa que jamás he escuchado por ser él el que la cantaba con su perfecta e infantil voz.

Luego salió con su cabello soltando gotitas, vestía similar a mi pero con sus característicos guantes de esqueleto.

-Ya sabes lo que tienes que hacer Frankie…

-Pero Gee… anda, me da cosa…

-Una apuesta es una apuesta.

Al final salió al pasillo, había gente hablando. Frankie salió todo colorado y se puso a cantar y a bailar aquella estúpida canción, la gente reía y lo miraban raro.Después se metió a la habitación corriendo, era tan hermoso todo rojito como un tomatito… no sé qué me pasa, quizás algún bicho me haya picado y este todo el tiempo pensando  boberías.

Aunque estaba cansado, Frank me llenaba de energía.No dejábamos de hacer tonterías, éramos como dos niños pequeños que no se preocupan por nada y se la pasan jugando y riendo. Y entonces pensé que ojala todo fuera siempre así…

Bajamos a la cafetería y comimos algo. Saludé a Mikey y charlamos un rato con “nuestros” amigos.
Frank al ver tanta comida que no contenía carne se puso a dar saltitos y sin exagerar, se comió tres platos sin contar con los postres, con tanta velocidad que seguro podría ganar un record mundial.

Todos tomarían este día como libre, pero Frankie me insistió de volver a escapar para ir al centro comercial, parecía una de esas niñitas pijas que todos los días quieren ir de compras, y es que cada vez estaba más… como decirlo, ¿gay?
Pero eso me parecía tan dulce y tierno a la vez que provocador, como cuando se ponía esos vaqueros blancos ajustados y caminaba de aquella forma moviendo el trasero, o cuando hablaba y gesticulaba con las manos de una forma graciosa, creo que nadie se podría resistir a abrazar a ese pequeño peluche. Pero ¿cómo puedo estar pensando eso?
Bueno, el caso es que yo no tenía ganas pero a él no se le puede negar nada, sobre todo con esa carita de perrito degollado.
Me insistió como media hora seguida y al final me rendí y acepté, pero¿ qué podía hacer si me había besado en la mejilla unas mil veces para convencerme?

Estábamos escapando, y llegamos a nuestro destino, no sé que querría ver pero parecía entusiasmado, la verdad es que siempre lo estaba.

Yo estaba aburrido aunque Frank no dejaba de entrar y salir de tiendas hasta que entró a una en la que vendían cosas variadas y no me dejó acompañarlo, me dijo que era una sorpresa así que me quede afuera viendo un canal de música en un pequeño televisor que había allí.
 Se tardaba demasiado y estaba nervioso por saber que hacía.

Pasaron quizás veinte minutos que se me hicieron largos pero luego salió con una pequeña bolsita y una sonrisa en su rostro.

Se acercó y de la bolsita sacó una cajita de color roja.

-Ábrela- Me pidió. Lo hice y al abrirla habían dos pulseritas de cuerda de plata con unos adornos. Cada pulsera tenía una pequeña guitarra blanca colgando, un caballete, una casita, un librito, un cerdito, un muñequito más pequeño que los demás, también tenía un adorno que decía amistad y otro de una especie de fantasma, de esos que parecen una sábana con ojos; ante esto sonreí y mis ojos se humedecieron, no pude hacer más que abrazarlo fuertemente. No sé cómo alguien me podía hacer tan feliz.

-Una es para mí y otra para ti, ¿te gustó?

-¡Claro que sí, me encantó!, muchísimas gracias, debió de ser costoso- Dije sonriendo y una lágrima se escapó de mi ojo derecho, él me abrazó más fuerte.

-Bah, ni creas.- Me sonrió ampliamente- Cada adorno significa una cosa, la guitarra la música que para los dos significa mucho, el caballete tu pasión por el dibujo, la casita nuestro escondite secreto, el libro por que los dos amamos la lectura y es como estar en nuestro mundo imaginario,   el cerdito…- Comenzó a reír- Eres tú- Reí yo también- El enano soy yo, el que dice amistad, es nuestras amistad, y el fantasma, ya sabes, representa tu “habilidad”, pero también eso que te hace especial, único y diferente a los demás. ¿Prometes ponértela?

Tenía miedo de hablar porque seguramente empezaría a llorar, estaba demasiado sentimental.

-Claro, es más, prometo que me enterrarán con ella puesta.- Siempre mi humor había sido demasiado... oscuro quizás pero yo hablaba de la muerte como lo más normal del mundo, y es que de verdad lo es.- Es lo más hermoso que me han regalado en la vida.- Nos volvimos a abrazar. Nos pusimos nuestras respectivas pulseras y regresamos al instituto. Estaba tan feliz, lo quería tanto…
                                                              *********************

Ya en nuestra habitación no dejaba de agradecerle ni dejaba de observar la pulsera, era demasiado bonita y solo nosotros dos entendíamos su significado.

El día paso volando, ambos escuchamos música y leímos unas horas, era algo que nos encantaba.

Ya en la noche nos tumbamos cada uno en nuestras respectivas camas,  hablábamos de trabajos y temas sin importancia hasta que una pregunta rondó mi cabeza.

-Frankie, ¿puedo preguntarte una cosa?

-Es obvio que sí.

-Bueno… ¿Cómo…? bah, nada, da igual.

-Dime Gee, me enfada que no confíes en mi.

-Claro que confío en ti, pero es que… ¿Cómo sabes que eres… gay?

-¿Acaso dudas de tu sexualidad?- Había dado en el clavo. Me puse nervioso.

-No, no es eso, solo por curiosidad, pero si no me quieres contar…-Traté de mentir.

-Bueno, lo sé por varias cosas y momentos de mi vida… verás…

*Flashback*

Estaba muy feliz hoy. Había llegado de la guardería y estaba con mi mami comiendo.

-¿Qué tal el día, Frankie? ¿Alguna novedad?

-Muy bien, ¿sabes? Tengo novio, es muy guapo.

-¿Que tienes novia? - me preguntó.

-No, novia no, novio.- Le corregí a mi mami.

-Frankie, si es chica se dice novia.

-Ya lo sé, por eso digo novio, es un chico, ¿y sabes? hoy jugamos todo el día al escondite.- Mi mami se quedó callada.

*Fin del Flashback*

-Éramos solo amigos claro, pero era un juego de niños, tenía como tres años. Y otra vez...

*FlashBack*

Hoy llegué de la escuela y estaban dando en la tele Piratas del Caribe, me encanta esa película.
Pero entonces salió Johnny Depp sin camisa y me recorrió un escalofrío.

-Dios, Johnny Depp y Orlando Bloom, son guapísimos, ojalá estuvieran en mi escuela...

-¡Sí!, a mí también me encantan.- Dijo mi hermana de cinco años que estaba a mi lado en el sillón.

*Fin del FlashBack*

-Y a partir de entonces están en mi lista de famosos más sexys- Me sonrió- Y otro día...

*FlashBack*

Estábamos en los vestuarios de la piscina a la que iba todas las semanas con mis amigos, y entonces los chicos planearon ir al vestuario de chicas para verlas desnudas. Yo me apunté, por supuesto.

Entonces estábamos escondidos tras una columna y veíamos que se estaban secando con  la toalla, y la verdad, a mi no me causó nada, más bien me dio un poco de asco imaginarme hacer esas cochinadas de las que mis amigos hablaban con alguna de esas chicas.

Luego volvimos al de chicos a ducharnos y hablaban de lo buenas que estaban, y entonces mi amigo Mario salió desnudo de la ducha, su cuerpo húmedo, su pecho, su parte baja... mi pulsó aumentó y me puse colorado, a diferencia de cuando vi a aquellas chicas. De repente noté algo raro en mi entrepierna. Con vergüenza me metí en la ducha corriendo y me bañé con agua fría, eso solo me pasaba cuando veía a Johnny o a Orlando, esto era demasiado raro...

*Fin del FlashBack*

-Y esa fue la primera vez que se me paró al ver a un chico desnudo.- Soltó una carcajada.- Y otro día...

*FlashBack*

Estaba muy aburrido en el ordenador y me apareció una propaganda de esas de páginas guarras, la abrí, y que conste que solo fue por curiosidad.

Había un montón de vídeos, era porno gay.Entonces pulsé uno al azar. Aparecieron dos chicos, uno rubio y otro moreno completamente desnudos, se empezaron a besar y a tocarse unos a otros, luego el rubio se agachó y se metió todo el pene del otro en la boca, el moreno gemía muy fuerte y luego...

*FlashBack Interrumpido*

-Hey Frank, no hace falta que me cuentes todo lujo de detalles.- Le dije, de verdad mi inocente Frankie no era tan inocente como pensaba.

*Continuación del FlashBack*

... y luego se corrió en su boca y el rubio lo trago todo, se puso en cuatro y el otro comenzó a penetrarlo. No sé por qué me bajé los pantalones y me empecé a tocar mientras veía el vídeo, y entonces...

*FlashBack Interrumpido OtraVez*

-Vale, vale, ya lo entendí, Frank, no hace falta más explicaciones...- Yo estaba colorado, que me hablara de eso me daba vergüenza pero al parecer a él ninguna.

-Bueno… eso entre muchos otros momentos pero… hey ¿Por qué estas rojo? ¿Es por lo que te conté? Tú fuiste quien me preguntó, yo solo respondí.

-Está bien, Frankie, ya me quedó claro… ¿vamos a dormir?

-Sí, sí, claro, tú cambia el tema… contigo no se puede Gerard…

-Yo no cambio de tema, es solo que…- Frank me interrumpió.

-Tú ya me preguntaste, ¿puedo preguntarte ahora yo?- Asentí.

-¿Alguna vez lo has hecho… ya sabes… eso?- Hablaba cortado, si que era bipolar.

-¿Y ahora te cortas?  ¿Qué parte de no me relacionaba con personas no has entendido?

-No sé… solo preguntaba. ¿Entonces no has besado a nadie?

-No, Frankie… ¿tú?- No sé cómo salió ese tema en la conversación, pero me hacía sentir un poco incómodo y a la vez me intrigaba.

-Tampoco… bueno, buenas noches, que descanses.

-Tú también, Frankie, y muchas gracias por la pulsera otra vez.

Esa noche no fue como las anteriores… no podía dormir por muy cansado que estuviera.
Daba vueltas y más vueltas, quería engañarme haciéndome creer que no tenía sueño pero la verdad era que extrañaba a Frankie a mi lado… me había acostumbrado a dormir con él, abrazados, y ahora estaba solo en mi fría cama, sin él mi miedo regresaba.
Lo necesitaba más de lo que jamás llegaría a imaginar que necesitaría a alguien.

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Y por fin subo cap, lo siento again, no encontraba la inspiración. Hay tantas novedades... primero que el concierto del Reanding and Leeds fue el mejor que he visto de MCR, hasta lloré de felicidad al verlo por una web. Luego la mala noticia que supongo que se habrán enterado de lo de Pedicone... me defraudó, me parecía una buena persona, lo vi dos veces en directo en los conciertos que he ido, le había cogido cariño y era un bien amigo de MCR y más de Frank, y ahora esto... no lo puedo odiar porque realmente no sé exactamente lo que pasó, pero me dio mucha tristeza y se nota que Frank está destrozado.. tenía la vaga esperanza de que volviera Bob pero de eso nada... solo espero que My Chem sean fuertes como siempre lo han sido y no cambien por lo ocurrido.
Volviendo al fic, es bastante largo.
 El título significa "Simplemente trata de engañarte a ti mismo", que es lo que están haciendo los dos, ambos tratan de engañarse pensando que todo esta bien, que no hay problemas, sin embargo hay un espíritu asesino, y también tratan de engañarse aparentando no sentir nada por el otro mientras que en el fondo saben que es algo más.Solo les pido que COMENTEN para que me den ánimos para continuar. Muchísimas Gracias por leer. SALUDOS
PD: La frase que esta en negrita ¿les suena a alguna canción? xD
y Feliz cumpleaños Fredie Mercury.