Cinco meses habían pasado desde que me encontraba junto a Frankie, he de decir que esos meses habían pasado rápidamente delante de mis ojos sin darme cuenta.
Voy a recopilar datos, primero, todo iba demasiado bien para ser cierto, probablemente si el yo de ahora se encontrara con mi yo del pasado, no lo reconocería ni viceversa.
Todo seguía más o menos igual, bueno, en estos momentos estaba peleado con Frank, luego contaré el por qué.
No había visto ni llamado a mis padres en ese tiempo. Sí, sé que eso no debería de haberlo hecho pero, ¿para que los llamo? ¿Para que me metan en un psiquiatra? En vez de eso, le hacía saber que estaba bien a través de Mikey que si los veía varias veces al mes.
Lo único negativo aparte de eso, es que en el instituto, las cosas cada vez se me hacían más complicadas, pero lo llevaba como podía, además el enano que tengo como novio me ayudaba.
-Afsdfsfdfa Frankie…-susurraba mientras dormía y sentía una lengua recorrerme la cara, pero…un momento…-¡Frodo!- Me desperté y me quite a Frodo de encima.
Me toqué la cara y la tenía toda babada, miré alrededor y me encontré a Ron a mi lado, aun dormido.
¿Os preguntareis que hacía Ron aquí, en mi habitación, y dónde estaba Frank? Pues muy sencillo, había una especie de alianza entre Ron y yo, y Frank y Mario era otra. ¿Por qué?, pues por nuestra estúpida pelea de hace unas horas.
Frank se había enfadado conmigo porque dice que siempre lo estaba insultando, que lo ignoro y que no lo quiero, una estupidez ¿verdad?, y yo me había enfadado porque a su vez, Ron estaba enfadado con Mario porque este último andaba tirándole los tejos a cualquiera y más de una vez lo había visto tocarle el trasero a otro, entonces Mario se excusó diciendo que tiene las hormonas revueltas y no lo podía evitar, que Ron no era capaz de comprenderlo y que eso lo entristecía, entonces se unió con Frank, y Ron conmigo. El grupito de Frank están sacándonos en cara todo el tiempo que no somos capaces de comprenderlos y que no sabemos lo que ellos sienten.
Ron y yo simplemente los ignorábamos, más que nada por orgullo, era una estúpida pelea, no era la primera vez que pasaba, habían ocurrido otras peleas sin sentido y al rato nos acabábamos perdonando, era como un juego, de verdad ninguno de nosotros estaba enfadado con nadie.
El hecho de estar encerrados en ese instituto hacía que tuviéramos que entretenernos de algún modo, así que ganaría el grupo que aguantara más estar sin el otro.
Fuimos a clase, Ron y yo en una mesa y Frank y Mario en otra. Mientras tanto nos miraban y cuchucheaban como viejas chismosas.
Al acabar estas, comimos en silencio en la cafetería, se oían los susurros de los demás diciendo “Otra vez lo mismo… ”Yo apuesto ocho dólares por el grupo de las marujas” decía Bob. “Trato hecho” zanjó Ray.
Al estar así, Frank ni entraba a “nuestra” habitación, no aguantaría más…Fuimos al baño del patio con Ron, que no se separaba de mí ni un momento, pero ahora lo conocía más y comprendía lo que pensaba y tenía razón, pero se notaba que amaba a Mario y le perdonaría lo que sea.
Allí aparecieron Mario y Frank.
-¿Puedo hablar un momento contigo?- le preguntó Mario al pelirrojo y se lo llevo fuera.
Allí dentro Frank se me quedo mirando con una especie de sonrisa en la cara, pero se cruzó de brazos y se quedo quieto. Yo no sabía qué hacer así que imité su acción.
-¿Qué miras, enano?- le dije provocándole, pero no sonó serio, y en verdad no lo era.
-Al cerdo que tengo delante.
Entonces se acercó a mí y me acorraló en una esquina, me agarro del cuello y me golpeó la pierna, luego yo le jalé de los pelos y él hizo lo mismo. Empezamos a golpearnos, pero sin causarnos mucho daño. Le hice la zancadilla y cayó al suelo, luego el me propinó un puñetazo en el estómago.
Así hasta que acabamos con el cabello todo revuelto y con la respiración agitada.
Me había acorralado otra vez y me sujeto del cabello, pensé que me golpearía y cerré los ojos, pero en vez de eso, acarició mi rostro lentamente y colocó sus labios junto a los míos, los movía agresivamente al igual que yo, sentía la adrenalina correr por mis venas.
Lo sujeté de la cintura y le acaricié la espalda, primero por encima de la camisa y luego introduje mi mano en ella causándole un gemido ya que mi mano estaba muy fría, como siempre.
Él sin vergüenza alguna me agarró del trasero mientras nos besábamos, tomamos aire y continuamos. Me seguía manoseando el culo y yo acariciaba su pecho bajo la camisa pellizcando sus pezones.
Luego le lamí el cuello, él soltó un largo suspiro. Besaba este pausadamente, haciendo que se excitase de sobremanera, su piel era suave y tibia, yo hacía un recorrido lento de arriba hacia abajo con mi boca. Frankie comenzó a gemir y yo no me contuve y le mordí haciendo que mis afilados dientes se clavaran en su blanco cuello.
-Auch- se quejó.
La verdad es que lo había hecho sangrar, de las dos pequeñas marcas de mis dientes que dejé en su cuello, unas gotitas de sangre comenzaban a salir.
Me pregunté a qué sabría su sangre, así que con mi lengua recorría su cuello en busca de esta hasta que no saliera más ¿complejo de vampiro? Quién sabe…
Pero su sangre sabía muy bien, era dulce y a la vez salada y excitante.
Luego él lamió el lóbulo de mi oreja izquierda y yo le apreté un pezón, ambos gemíamos a la vez.
-Frankie…
-Gee…
Y entonces aparecieron Mario y Ron agarrados de la mano por la puerta.
-Siento interrumpir- dijo Mario con una sonrisa en el rostro.
Ambos tenían cara de felicidad por lo que supuse que se habían reconciliado.
-------------------
Y así pasó el día, todos fuimos a nuestra habitación e hicimos karaoke y jugamos al Guitar Hero todo el día, fue muy entretenido.
Se me pasó por la cabeza que si formábamos una banda nos iría genial, Mario tenía una voz rara y aguda pero bonita, Frank era un magnífico guitarrista y Ron bajista -claro que eso era jugando al Guitar Hero-pero por algo se empieza.
Luego hicimos una pijamada e incluso una pelea de almohadas, parecíamos niñitas, pero ¿qué más daba?, era muy divertido.
Y al final acabamos uniendo las camas y durmiendo los cuatro en ella, si es que se le puede decir dormir porque nos pasamos toda la noche de broma, empujándonos y tirando de las mantas, Frank abrazado a mí y Mario a Ron.
Jamás pensé que mi vida podría ser tan perfecta, al menos por ahora.
--------------
Al día siguiente más de lo mismo, pasábamos todo el día como enamorados sin prestarle atención a nada, estábamos en nuestra propia burbuja.
Pero al llegar esa noche, como siempre, yo ya estaba en mi cama junto a Frank con mi pijama de ositos, pero esa noche, fue diferente.
De repente me encontraba en un lugar completamente oscuro, luego se fue aclarando, pero no había color, todo era de colores grisáceos.
Y entonces lloré, lloré al darme cuenta de saber en el lugar en el que me encontraba. La gente pasaba de un lado a otro, todos con ese maldito uniforme, con sus caras que no reflejaban nada y sus ojos vacíos de sentimiento alguno, completamente de negro. Y pasó la famosa carroza.
De repente, apareció mi tormento, aquello que no me dejaba ser feliz, el tal Murthog.
Tenía un enorme y afilado cuchillo en sus manos, y una malévola sonrisa cubrió su rostro.
-Tanto tiempo sin vernos.- dijo con su voz rasposa.
Yo solo me quedé paralizado, no podía reaccionar. Y entonces, un montón de gente me rodeó.
Traté de salir de allí como pude y corrí lo más rápido posible, pero daba igual, por dónde pasaba, la gente me seguía.
Me escondí bajo unas escaleras de un callejón, temblaba y lloraba.
Y de la nada, apareció una niña de cabellos largos, rizados y dorados como el oro, con una cara sonriente y unos ojos hermosos, pero vestida igual que el resto.
-Hola- me dijo sonriente.
-Ho…Hola- tartamudeé.
-¿Qué le pasa?- me preguntó con voz infantil y tierna.
No fui capaz de responderle, ella se acercó a mí, me tomo de la mano y acarició mi rostro.
-Tranquilo- me dijo.
No sé porque pero aquella niña me transmitía seguridad.
Ella siguió a mi lado durante largos minutos.
-¿Qué hace aquí?- me preguntó.
-No… no lo sé.
-No se preocupe, yo le ayudaré.
No sabía a qué se refería. Me jaló del brazo e hizo que saliera de allí.
Luego ella me soltó de la mano, me sonrío y sacó un muñeco, no más grande que la palma de mi mano, de color blanco y mal cosido, con unas “X” en los ojos.
Lo tomó con una mano y con la otra sacó de sus bolsillos unas enormes agujas, comencé a pensar lo estúpido que había sido al confiar en esa dulce niña.
Comenzó a clavar las agujas en el brazo derecho de aquel desgastado muñeco mientras me miraba fijamente aun con esa sonrisa, y al hacer aquello, sentí como si me apuñalaran en ese mismo sitio. Yo grité de dolor.
Así continuó con el otro brazo, comencé a sangrar.
Luego con las piernas del muñeco y yo me caí al suelo llorando.
-Por… por favor para.- supliqué. No le quería fallar a Frank, no ahora.
-Es la única forma.- no entendí lo que quiso decir.
-¿La única forma de qué?- dije ya gritando, sin poder moverme.
-Ya lo entenderá.
¿Alguna vez te has perdido en un mundo diferente dónde todo lo que alguna vez conociste desapareció?
------------------------------------
Hola de nuevo, siento muchísimo haberme tardado tanto. De verdad que no sé como mi inspiración desapareció por unos meses.
Pero aquí estamos otra vez, espero que sea de su agrado.
¿Qué pasará?
Bueno, si quieren saberlo entre Frank y Gerard todavía no ha pasado "nada".
Y aquí tengo unas fotitos de algunas cosas.
Mario (Miku de An Cafe):
La niña (Claudia de la película Entrevista con el vampiro):
Y bueno, el muñeco de la niña era un muñeco vudu blanco.
Saludos a todos, comenten please.
tienes que continuarla !!! me quede con la intriga ¿que pasara con Gee? !!!
ResponderEliminarpor cierto, tu blog esta genial xD
sigue asi !!!
Siguelo please!
ResponderEliminarMe dejaste con la intriga, me encanta tu fic ;)
me encanta tu fic porfis sigue soy adicta a esto porfis continualo porfa y salvaras mi vida besos gracias
ResponderEliminar