viernes, 24 de agosto de 2012

Capítulo 18 - People Error


Por cada minuto que pasaba, su asombro aumentaba. Aquel castillo era demasiado enorme como para recorrerlo en el mundo humano sin que te ardieran los pies de tanto caminar, pero para su suerte, allí podía hacerlo perfectamente y sin ningún atisbo de dolor. Podía decir que nunca había visto un lugar tan bonito. Sinceramente, incluso pensó en vivir allí para siempre, alejado de todo, siendo feliz, haciendo el mundo un lugar mejor para todos, pero se dio cuenta de que ese había sido uno de los pensamientos más egoístas que había tenido. Necesitaba a su Frank, sin él, no podría ser feliz aunque estuviese en el mismísimo cielo, si es que existía tal lugar.
En aquel sitio, había explorado bonitos jardines detrás de su habitación, con plantas que jamás había visto antes, que se movían causando graciosos sonidos y cambiaban de color cada cierto tiempo. Árboles que comenzaban por las ramas y hojas, y acababan en un tronco con forma triangular. Hierba y rocas que se alineaban según iba pasando, formando un camino al gusto del caminante. Un extraño tronco permanecía en la salida del jardín, y tras este el curioso río rojo fluía y realizaba distintos transcursos. Un simple trozo grueso de madera, también mencionado anteriormente como tronco, poseía dos largas extensiones cada cual formada cinco pequeñas ramas cada una, como si de manos se tratasen. Gerard quedó petrificado cuando esas ramas se movieron con facilidad hacia el río rojo, llenando de agua sus peculiares manos, para luego rociar la vegetación del jardín al extender estas. Gruesas gotas color carmín caían sobre las hiperactivas plantas, haciéndoles aumentar su ruidoso cuchicheo.

-Maravilloso…-susurraba extasiado. Se acostó allí mismo, delante del gran tronco, escuchando a las ruidosas flores. Se le ocurrió una extraña idea, pero tal vez funcionaría…-Hola, soy Gerard, y soy nuevo aquí, espero que no os incomode. Quiero aprender todo lo que sea posible, y lograr ser tan poderoso como los demás.-les saludaba en un intento de recibir una respuesta. No recibió ninguna a cambio, pero aguzo su oído, y mediante una suave brisa pudo escuchar algo.

-Bienvenido, Gerard. Yo soy el guardián del jardín, me llaman Guardián, y me encargo de mantener vivas y felices a mis preciadas amigas, las plantas. Lo conseguirás, puedo percibirlo.- Gerard se sobresaltó por un momento al escuchar aquello, que supuso que venía del gran tronco, y que no tenía volumen alguno, al igual que tono de voz; simplemente, esas palabras se formaban en su cabeza.

-Encantado, Guardián. Las plantas están hermosas, haces muy bonito trabajo. Gracias.- sentía tanta paz como no había sentido jamás.

-No es un simple trabajo, es algo que hago inconscientemente, para conseguir su bienestar, velando por ellas, animándolas cuando están tristes, y compartiendo su felicidad cuando algo bueno ocurre, como tu llegada.

El pelinegro no cabía en sí, se sentía tan bien hablando con un palo de madera…

-Guardián, te admiro. A mí… me gustaría poder hacer algo así por una persona, pero lo único que hago es causarle daño…-confesó con tristeza.

-No todo siempre puede ser bueno, a veces es necesario tener ciertas dolencias, para así aprender a apreciar lo positivo. Cuando alguna flor rebelde es avariciosa y no quiere compartir su agua, no se preocupa ya que tiene líquido de sobra, pero otro día en el que es ella a la que le falta, llega a entender lo que se siente su ausencia, y la otra, lo que se siente al estar completamente abastecida, pero ambas se arrepienten ante tal acto, y así eso no vuelve a pasar, aprenden una importante lección. Es igual cuando una flor está acompañada por el resto, sintiéndose dichosa, mientras que otra sufre por la soledad, y todo lo anterior se vuelve a repetir. De los errores se aprende, y si el otro ser sabe que lo quieres realmente, no necesitará nada más para vivir, podrá esperar cientos de años gracias a esa verdad. Además, el reencuentro será mayor y más conmovedor cuanto más tarde sea, ¿no crees?

-Tienes razón. Me siento mejor. Nosotros hemos madurado juntos. Estoy seguro de que él conoce con certeza la profundidad de mi amor.-Gerard no sabía cómo aquel ser podía comprenderlo de tal manera.

-¿Sabes? Tu abuela fue quien me creó hace ya un tiempo, fui lo primero que existió en este terreno, me sentía tan solo… pero ella hablaba conmigo, y me prometió que no muy tarde tendría compañía. Luego se fue y no la volví a ver, pero llegaron estos chicos y crearon todo esto por orden de tu abuela, la cual me aseguró su vuelta.-decía nostálgico, paseando sus largas ramas a través del fondo del río.

-Vaya…hasta hace poco, no sabía siquiera de la existencia de este lugar, pero estoy seguro de que Helena tenía todo esto planeado, el que yo esté aquí…, ella sabía que pasaría.-permaneció meditando unos minutos-¿Puedo descansar en tu jardín por un momento, Guardián?

-Por supuesto, el tiempo que desees. Tu compañía me agrada.-respondió, salpicando a Gerard con el agua del río.

Muchas plantas curiosas rodearon al pelinegro, pero este no se sentía para nada agobiado, solo sentía tranquilidad.

                                                             ***

Tiempo más tarde, se despidió de Guardián y de las otras plantas, con nuevas ganas de seguir descubriendo cosas en aquel lugar, esperando no perderse.
Más habitaciones de distintas formas y colores observó, llamando su atención. Una llena de espejos que distorsionaban su figura, otra en la que la gravedad no existía, existía una que parecía ser una sala de pintura, en la que permaneció embobado mirando tales obras, que al ser tocadas se movían. Había una habitación que solo constaba de una diminuta puerta del tamaño de un insecto, pero que se iba abriendo poco a poco gracias a la mirada de Gerard. En su interior no había otra cosa que un suelo de colchonetas que se movían, y que al ser pisadazas lo hacían saltar, lanzándolo muy alto, pero sin llegar a chocar contra el techo, ya que este prevenía el golpe y una parte de él subía, como si estuviese hecho de elástico. Entró a otra completamente hecha de golosinas, pero si ahí no sentía hambre, ¿para qué aquello? Otra más fue abierta, y en ella encontró unas paredes curvas, sin esquinas, forradas con papel con dibujos de huesos, y en cuyo interior permanecían juguetes y artilugios normales para mascota. De un momento a otro, observó como lo que parecía ser un perro salía de una casita, pero a diferencia de los del otro mundo, este tenía alas y volaba a su alrededor, ladrando como un animal corriente.

-Hola, pequeño.-Gerard acariciaba al chihuahua de pelo largo con suavidad.
En otra DIMensión

¿Qué había sido de Frank? Muchos meses habían pasado, él ya era un chico de dieciséis años que no había vuelto a ser el mismo después de todo lo ocurrido. Soledad, era la palabra que mejor definía sus sentimientos. Debía ser fuerte, debía sobrellevar su vida. Después de todo era él el que animaba a Gerard a seguir viviendo, a que fuera feliz, ¿qué le diría ahora si lo viera así? Decidió aplicarse y lograr hacer todo lo posible, para así no defraudar a su amor cuando este volviese en sí. Frank se había convertido en un gran amigo de Mikey, el cual estaba devastado y necesitaba lo poco que le quedaba de su fuerza para seguir adelante. Desde que todo aquello había pasado, nada ni nadie era igual. Aquel a quien supuestamente nadie le importaban, por el que nadie se preocupaba y todos ignoraban, había cambiado el instituto gracias a su asusencia.

El pequeño no volvió a recibir llamada alguna, y sus compañeros no sospecharon nada aquella vez, solo lo etiquetaron como sonámbulo. Sin embargo, mientras vestía las prendas de su novio, como a él le gustaba hacer para poder sentir algo de él, de nuevo notó cómo su cuerpo le era invadido por algo. El demonio que estaba en su interior no era muy poderoso, para su suerte, era un ser que simplemente se aburría y le divertía causar estragos en el otro mundo, y cuando una propuesta por parte de otro espectro para tomar el cuerpo de aquel humano fue hecha, no dudó un momento en aceptar. Quería saber lo que se sentía hacer cosas de un ser humano.

Frank salió de la habitación, caminando como un robot, mirando todo a su alrededor. Decidió intentar comer, para ello se dirigió nuevamente a ese comedor que le llamaba la atención. Ya en su destino, entró a la cocina y tomó con sus manos lo primero que vio, llevándolas a su boca. Por desgracia, aquel pescado que había probado le desagradó, y lo intentó con otra cosa. Su paladar no se había adaptado a esos extraños alimentos, así que abandonó la estancia. Caminaba por el instituto, dando golpes a cualquier cosa, sintiendo el dolor, cosa que tampoco le agradó. Regresó a su habitación de mal humor, no había encontrado nada que le gustara hacer que no fuera asustar a una que otra persona que andaba por ahí.
Entró al baño y se desvistió con torpeza, sintiendo el frío calar sus huesos. Se observó detenidamente en el espejo con curiosidad, y acarició cada parte del cuerpo de ese niño para descubrir nuevas sensaciones, mayor fue su sorpresa cuando al acariciar un trozo de carne entre sus piernas, descubrió el placer humano, una sensación que hacía temblar su cuerpo y volvía loco de deseo al ser más inocente. Continuó acariciando este, expectante por lo que ocurriría, sintiendo como crecía en sus manos y cada vez lo notaba más duro.

-Ah…ah…-no podía evitar gemir, pues aquello no recordaba haberlo sentido jamás. Aquel era un espectro que había pasado al otro mundo con solo ocho años, y que sufría por no poder haber experimentado cosas como esa.

Continuaba masajeando su miembro, desde delante hacía atrás, descubriendo que si acariciaba la punta, el placer aumentaba. Poco a poco iba aprendiendo los puntos en los que se sentía mejor, y los movimientos que le hacían aumentar sus gemidos. Tiempo después, un extraño líquido blanquecino se escurría de su miembro, manchando sus manos. Se preguntaba qué era aquello. Veía con curiosidad como su pene volvía a estar flácido. Por simple curiosidad, llevó un par de dedos a su boca para apreciar el gusto de aquella sustancia, pero era amarga y no le gustó.
Salió de allí y caminó hacía su cama, acostándose en ella para poder descubrir cómo se sentía el dormir, cerrando sus ojos y excitado por tantas cosas nuevas que habían ocurrido en tan pocos minutos.

En otra DIMensión

-¿Qué has hecho qué?- regañaba Murthog a uno de sus estúpidos súbditos, después de todo, tenía que tener en cuenta la edad que tenían estos al morir, ya que influía en sus deseos y valores.

-Yo…le he mandado al otro mundo para que moleste a Frank, y que así Gerard sufra más al ser este tan preciado para él.-El pobre espectro no sabía qué podía haber de malo en su idea, así que repitió lo planeado sin entender la ira del otro.

-¿Eres estúpido? ¿No piensas en las consecuencias que eso puede llevar? Si alguno de tú-ya-sabes-quienes- no quería causar revuelo a su alrededor, así que omitió sus nombres- se entera de esto, todo acabará. Si él permanece mucho tiempo en el cuerpo de Frank, cuando salga puede que descubra que puede entrar a este mundo, no dudo de que Gerard le haya contado sobre esto, y todo sería peor, idiota. Gerard tendría a Frank aquí mismo, tendríamos a otro guerrero en nuestra contra, se apoyarían el uno en el otro y acabarían con nosotros, ¿¡es que no lo entiendes, idiota!? Además, hace un tiempo que no veo a Gerard por aquí, y tengo mis sospechas de que haya encontrado a tú-ya-sabes-quienes, ¿qué hacemos entonces?

-Yo…lo siento, no había pensado en eso…-se dio cuenta de su grave error.

-Gerard no es bobo… pero si ya les encontró, solo hay que atacar cuando ellos no estén, sin embargo, junto a Frank sería demasiado peligroso. No actuéis sin que yo no os haya ordenado nada, o les llevo a tú-ya-sabes-quienes en bandeja de plata. Eso va para todos, ¿entendieron?-La situación para Murthog solo se complicaba cada vez más, pero destruiría a Gerard costase lo que costase, de eso estaba seguro.

Mientras tanto, Kai había salido de la zona segura, e iba en busca de las respuestas de un sabio y bondadoso espíritu al no encontrar al ser del cual sospechaba. Lo observó a las orillas de un profundo y oscuro abismo, quieto y con su cabello revoloteando gracias a algo que surgía de ahí abajo.

-Hola, Genesis.-saludaba Kai al hombre de cabello tan largo que casi llegaba a su cintura, de aspecto adulto pero no se le echaban más de cuarenta años, aunque en realidad, llevaba allí cientos y cientos de estos. No se conocía nada sobre cómo falleció. Era muy listo y conocía muchas respuestas para todo, así que muchos seres acudían a él en busca de información.

-Hace ya tiempo que no te veía, Kai. ¿Qué es esta vez?-Genesis no estaba del bando de nadie, simplemente hacía sus deducciones sobre cual ganaría, y estaba intrigado por el resultado, pero nada más, ya que esto no le influía a él en nada. Aún así, Kai le caía bien.

-Qué directo, como siempre.-rió Kai.-Quería preguntarte… sobre las posibilidades que hay de que un humano tenga el don al ser poseído, saber cuánto tiempo como mínimo conlleva esto y qué pasaría con esa persona.-no se ando con rodeos, y fue directo al grano.

-Veamos… si solo llega a ser una vez, y si el periodo de tiempo se posesión es menor a las veinticuatro horas, nada pasará. Se necesitaría un mínimo de setenta y dos horas, y por cada vez que se entra y sale de su cuerpo, este se debilita más y lo hace más débil y accesibles, cambiando varias cosas y por lo tanto otorgándole el don con más facilidad. Es algo complicado, la verdad, solo sé de la existencia de uno al que eso le ocurrió, por lo que las probabilidades son menores que una entre cien millones.-sentenció, sin saber por qué el menor quería saber aquello.

-Pero… ¿y si eso llegara a pasar?

-Aún si eso pasara, su poder sería tan débil que el entrar aquí le tomaría mucho tiempo, y no permanecería ni siquiera un día humano aquí, a no ser… que alguien de aquí le ayudara gracias a un entrenamiento y mantuviese cosas como conversaciones con él aquí para mantenerlo atado por un momento, pero puede ser peligroso para esa persona ya que como a ti te habrá pasado, puede quedar atrapado en este mundo, y en coma en el otro. ¿A qué viene eso?

-¿Y cómo se podría evitar que eso pase?-continuaba, omitiendo la pregunta de Genesis.

-Bastaría con que esperaras a que el espectro abandoné el cuerpo por un momento y regrese aquí, porque como sabes no pueden permanecer mucho tiempo allí, y si sabes quien es, acabas con él, y se solucionó el problema.

-¿Sería posible que se volviera al menos tan poderoso como yo en poco tiempo?

-Como ya te dije, todo depende de quién lo ayude…

-Bien, muchas gracias. Adiós.- Kai se marchó velozmente hacía su “hogar”, escuchado un “aún me debes una explicación” por parte de Genesis, pero él ya sabía lo que necesitaba, ahora todo se basaba en una difícil elección.

Estaba a punto de entrar al castillo, pero recordó que llevaba demasiado tiempo ahí, y corría el riesgo de quedar atrapado.

-Mierda, ¿qué hago?-se preguntaba a sí mismo.

Decidió ir al otro mundo por un momento, y así aclarar su mente, para volver lo antes posible.

Al día siguiente en el mundo de los vivos, Kai miró el calendario por un momento.

-¡Demonios!-exclamó cuando se dio cuenta de que Gerard llevaba ya más de un año en aquel lugar, y que aún no habían practicado el volver al mundo de los vivos, pero es que el tiempo pasaba tan rápido ahí… aún así, se había vuelto muy poderoso, y los entrenamientos iban cada vez mejor.

Sin más cavilaciones volvió a “dormir”, para regresar con sus compañeros.
-Hey, chicos. Reunión grupal.-anunció Kai nada más llegar.

-Bien.-Gerard miró con curiosidad al líder, mientras acariciaba a Koron, el pequeño perro alado. En aquel entonces Ruki le había contado que esa era su mascota cuando él estaba en la escuela, y que había muerto, pero que un día lo encontró en este mundo y lo trajo aquí, creándole un par de alas porque según él, sería más feliz y estaría más entretenido si volaba.
El animal intentó escapar, pero el pelinegro lo sujeto, mientras el pobre Koron movía sus alas en un intento fallido de huir.

-Gerard… es sobre Frank, si quieres podemos habarlo en privado.-comunicó Kai. La cara de sorpresa y emoción del pelinegro no podía ser disimulada.

-No, no importa. Confío en ustedes, y a estas alturas, ya son como de mi familia.-dijo Gerard sin timidez alguna, puesto que lo que había dicho era cien por ciento la verdad.

-Bien pero pase lo que pase, la decisión es tuya, piensa por ti mismo, ya que lo conoces más que alguno de nosotros.

-Está bien, pero dilo de una vez.-Gerard comenzaba a sentirse nervioso, algo le decía que lo que escucharía no sería algo bueno.

Todos permanecían en el sillón, con tanta curiosidad como el pelinegro por lo que Kai tenía que decir.

-Bien, alguien está poseyendo a Frank continuamente, si eso sigue pasando él puede llegar a tener el don y estar aquí con mucho entrenamiento, o al contrario, podemos acabar con el ser que esté haciendo eso cuando regresé a este mundo y se acaba todo el asunto. Tienes que elegir lo que creas que es mejor. Sé que querrás que Frank esté contigo…pero quizás prefieras que no se meta en esto.-fue breve haciendo un resumen de lo ocurrido.

A Gerard se le derrumbó el mundo ahí mismo. Una decisión tan complica no podía ser tomada tan a la ligera. ¿Debía decidir él el futuro de Frank, cuando ni siquiera sabía decidir el suyo propio? Pero, ¿cómo estaría Frank en esos momentos? Alguien estaba dañando a su amor, y él… después de todo ese tiempo, ni siquiera había sabido nada de él. No se movió ni parpadeó, continuó procesando toda la información.

-¿No hay manera de que… de que él decida?-preguntó al fin, temblando levemente.

-Desgraciadamente no, aunque lo llame por teléfono y aprenda inglés, en estos momentos no es el Frank que conoces… y la única forma de comunicarnos con él, sería si acabamos con el demonio, lo que nos llevaría a tomar la decisión de negarle el don.

-¿Por qué no nos lo habías dicho antes?-pregunto Reita atónito.

-Quería informarme de todo antes de decir algo… además, si habláramos con él, aunque yo no lo conozca, si te ama, no dudará en ir contigo sea como sea, sin importarle las consecuencias.

-Lo sé… él haría algo así. Yo… déjame pensarlo.-no sabía qué hacer, de repente todo lo que había en su cerebro se había esfumado.

-Claro, sé que es difícil.-Todos los presentes pensaban que en una situación así, tampoco sabrían que hacer.

-Si quieres consejos o algo…sabes que estamos para ayudarte.-decía Aoi, intentando evitar la tensión entre ellos.

-Lo sé. Gracias, chicos.-tras decir aquello, Gerard se retiró a su habitación para pensar mejor. Esto le había tomado de improviso.

Gerard amaba a Frank, sabía las consecuencias tanto psicológicas como físicas que le causarían estar ahí, además aún era un niño… ¿cuánto había cambiado Frank en este tiempo? ¿Estaría más alto? Deseaba tanto poder verlo y escuchar su voz… por ese lado existía su egoísmo, que le llamaba a traerlo ahí para estar junto a él día y noche, pero ¿cómo podía ser tan egoísta? Por encima de todo, estaba su felicidad. Imaginaba el rostro de alegría de Frank al observar tantas cosas maravillosas, y su sorpresa al descubrir sus habilidades que habían mejorado considerablemente. Pero, ¿cómo iba a destruir su vida y sus creencias de ese modo? Se encontraba en una encrucijada, esto era una batalla entre su corazón, y su cerebro.


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Aquí les dejo un largo capítulo, espero que les haya gustado.

¿Qué decidirá Gerard? ¿Qué harían ustedes?
¿Por qué aquel árbol habla?
¿Pensáis que el perro al poder volar, es más feliz, como cree Ruki (?)?
¿Queréis un perro volador?
¿Reita en realidad tiene nariz?
¿El demonio es un pervertido?
¿Os gustaría visitar ese mundo?
¿Por qué el agua es roja?
¿Frank realmente estará más alto?
¿Los unicornios allí existirán?
¿Entre el grupo "tú-ya-sabes-quienes", creéis que hay formadas parejas?
¿Cómo de bueno será Gerard usando su arma? e.e

Esto y mucho más en los próximos capítulos ^-^
Les recomiendo que escuchen esta canción, que es una pieza instrumental que se llama casualmente como capítulo xD 

Edit: El nombre Genesis, no es que me haya olvidado de poner la tilde, es que es en inglés xD se me ocurrió gracias a un personaje del Final Fantasy basado en Gackt (músico), y que además, mi prima se llama así, (pero con tilde xD).

Nos leemos pronto, adiós n_n
No olvidéis que vuestros comentarios son mi alimento inspirativo (?)

6 comentarios:

  1. Excelente Capitulo, Me Encanto, Actualiza pronto pro fa. Valen.

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  2. SIGUELO,PRONTO QUE ME MUEO DE LA CURIOSIDAD

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  3. Ñaa ^^ me giusta esta muy bien sigue asi

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