miércoles, 11 de julio de 2012

Capítulo 15 - Breathless, Memoryless, Bondless...


Gerard se adentraba en aquel extraño lugar, tras pasar un puente en el que debajo había un extraño líquido rojo que se movía como si fuera un río, cruzó una puerta en forma de arco que brillaba tanto que parecía estar hecha de diamantes. Al pasar esta, maravillado por todo lo que veía ante sus ojos, se observaban miles y miles de escaleras que subían y cuyo fin era desconocido. Abrió los ojos de par en par al pensar que debía subir todas esas escaleras, pensó que si hacía eso tardaría días.

-No te preocupes, no es tanto como parece, además aquí no sentimos cansancio y tenemos todo el tiempo del mundo- sonrío divertido el pelinegro del piercing en el labio.

-Vamos, nos echamos una carrera y así se hará más leve- propuso el de la extraña bandita en la nariz, cuyo nombre había sido mencionado anteriormente pero Gerard lo había olvidado.

Así al contar hasta tres, todos salieron disparados escaleras hacía arriba, iban demasiado deprisa. El que había propuesto el reto se encontraba más adelantado, mientras que Gerard estaba el último, pero aún así, se sentía sorprendido por lo rápido que se movían sus pies, sin necesidad de hacer una pausa para tomar oxígeno, sin una pizca de cansancio y no se sentía asfixiado en lo absoluto.

-Wow, esto es increíble, así si merece la pena correr.-dictaminó el “nuevo” de ese lugar, sonriendo por primera vez desde hacía mucho tiempo.

Cuando miró hacía arriba observó al más pequeño en brazos del más rápido, el menor daba pataletas e intentaba zafarse de los brazos del más delgado sin ningún éxito.

-¡Reita, suéltame, que me sueltes estúpida iguana!- el mayor solo reía y subía las escaleras velozmente sujetando al pequeño.

-Reita, déjalo ya que después ya sabes como se pone cuando se enfada…-ordenó el de cálida sonrisa.

Gerard no sabía el por qué pero sentía familiaridad allí, se sentía acogido. Recordaba las bromas que solían hacer sus amigos y sus discusiones estúpidas, cuánto las extrañaba… Y por supuesto, todo este tiempo en lo único que podía pensar era en Frank, su pequeño, lo extrañaba demasiado, si pudiera desear algo en ese momento, sería simplemente verlo de nuevo.

Al llegar por fin arriba del todo, había una gran puerta metálica de piedras preciosas, y al ser abierta quedó aún más alucinado al ver que eso era un castillo lujoso.
Al entrar observó unos cómodos sillones a su derecha, habían cuadros y más escaleras, Y a su izquierda muchos objetos alargados en una funda que parecían ser katanas, ordenadas y de diferentes diseños.

-Bienvenido a nuestro “hogar”- hizo comillas con los dedos el de cabello anaranjado.

-¡Reita bájame ya!- estos seguían discutiendo, pero Reita por fin bajó al menor y este le dio una patada en el estómago al más delgado, el agredido pareció no inmutarse y siguió riendo acariciando la cabeza del menor como si de un niño se tratara.

-Sentémonos- sugirió el que parecía ser más maduro, el de la gran sonrisa.

Gerard se sentía perdido, ¿acaso es cierto que estoy loco? Se preguntó a si mismo.

-Bueno, primero presentación- habló el del piercing en el labio- yo me llamo Aoi, bueno, ese es mi apodo, en realidad me llamo Shiroyama Yuu pero eso te será más complicado de recordar, así que simplemente Aoi.- sonrío, Gerard se sintió cómodo allí, todos parecían estar relajados y alegres, se preguntaba cómo podían estarlo.

-O puedes llamarlo cara de pony y/o gato, si lo prefieres-sonrío el tal Reita, que parecía ser el bromista del grupo.
Aoi simplemente le ignoró pero no podía ocultar la sonrisa de su rostro.

-Yo soy Takashima Kouyou, pero mi apodo es Uruha.-habló el de hermoso rostro y cabellos anaranjados.

-O puedes llamarlo cara de pato y/o patito- volvió a decir Reita. Lo cierto es que si tenía cierto parecido con un pato, también observó a Aoi y comprobó que Reita tenía razón.

-Me llamo Uke Yutaka, mi apodo es Kai, encantado- habló el de gran sonrisa que parecía ser el “líder” de esos chicos que parecían ya adultos pero se comportaban como niños.

-O puedes llamarlo koala y/o señor sonrisitas, aunque creo que su nombre real es lo suficientemente insultante-se carcajeó Reita, yo no entendí la broma. Kai borró la sonrisa de su rostro y observó al bromista, este se quedo callado y agachó la cabeza, wow, al parecer si que era el líder.
Reita se acercó al oído de Gerard al notar su mirada desconcertada y susurró: -Se le dice uke al que “recibe” en una relación entre hombres, no sé si me entiendes- Gerard asintió, ahora lo entendía.-Mira, observa- Gerard obedeció-¡Uke!- dijo elevando la voz.

-¿Si?- contestó Kai y Reita y Gerard cubrieron sus rostros con la mano para evitar reír.

-Nada, nada- respondió Reita divertido.

-Yo soy Takanori Matsumoto, pero llámame Ruki- habló el más pequeño, que no sería más alto que Frank, y que embriagaba con esos ojos azules a cualquiera.
Reita parecía que iba a decir algo pero Ruki habló antes.- Si, ya sé “O llámale chihuahua y/o chibi*” jaja que divertido eres Reita- dijo el pequeño sarcásticamente.

-Enano…-susurró el de la bandita en la nariz, se levantó, jaló a Ruki de una mano, este quedó de pie, luego Reita se sentó sujetando al menor de la cintura, haciendo que este se sentara sobre él.

-¡Déjame!-chilló el menor. A pesar de sus “discusiones”, saltaba a la vista que había un gran cariño entre ellos.

-Yo soy Suzuki Akira, llámame Reita- sonrío observando al ver al menor intentando escapar.

-O llámalo iguana desnarigada y/o desteñida- se burló Ruki, pero el “insultado” en vez de mostrar enfado, sonrío.

-Vaya Ruki, veo que aprendes rápido, pequeño.- le “alabó” y apretó más fuerte. El resto no podía evitar sonreír al ver esa escena, parecía que al más bajito le ofendía ser llamado pequeño, enano o cualquier otro adjetivo relacionado con su tamaño, eso le recordó a su Frankie…a veces el mayor escuchaba al menor llamándolo, diciéndole palabras de consuelo, ¿eso realmente se lo decía Frank desde el otro mundo?

Es verdad que Ruki era bajito, se veía adorable con esa cara redonda pero era obvio que ya no era un niño, se podía notar en su rostro.

-Si, somos adultos, al menos físicamente, exceptuando a alguno- Aoi miró al más pequeño uniéndose al juego- somos veinteañeros- rió.

-Emm… yo soy simplemente Gerard Arthur Way Lee, llámenme Gerard, no sé ni en qué día o año estoy, así que no sé mi edad, pero menos de veinte creo tener, supongo, gracias por ayudarme, se los agradezco muchísimo.- se presentó el más joven, que seguía sintiéndose perdido y sin saber qué hacía ahí, pero aún así, esas personas le hacían sonreír.

-Bueno, ahora hay mucho de qué hablar, queremos ayudarte, así que queremos saber sobre ti y contestaremos cualquiera de tus dudas, cuéntanos o pregúntanos.- habló Kai tranquilamente inspirando confianza.

Gerard se sentía con ganas de hablar y de desahogarse así que contó con pelos y señales todo sobre él y el por qué se encontraba aquí, había derramado lágrimas al nombrar a Frank, pero Uruha le dio un golpecito en el hombro en señal de apoyo. Todos comprendieron la gravedad de la situación pero sabían que podían ayudarle, querían ayudarle, recordaban como se habían sentido ellos cuando vinieron por primera vez a este mundo, lo perdidos que se sentían…

-¿Puedo preguntar algo?- pidió permiso el más joven, todos asintieron- ustedes… ¿cómo es que también están aquí?



-------------------------------------------------------------------------

*ChibiEstilo de representación infantil de un personaje en el cual generalmente son mas grandes los ojos, el cuerpo pequeño, las manos no tienen dedos, la voz es infantil y el comportamiento mas travieso. Es usado para presentar una versión del personaje mas tierno o lindo.

Ejemplo de chibi: chibi

1 comentario:

  1. Que bueno que Gerard ya esta recibiendo ayuda, ya no esta tan solo.Valen.

    ResponderEliminar